Rasgos de clase

La abuela araña teje los hilos del destino para obtener su propia divinidad y, según dicen, guarda todos los secretos del mundo en su telar. La Abuela Araña anima a los que se rebelan contra el statu quo, a quienes atacan a los que están por encima de ellos o a los que luchan por la libertad.

Adanye es la diosa que enseñó a los primeros guardianes, los félidos, las habilidades necesarias para proteger y defenderse. Les enseñó la importancia del calor del hogar, así como el derecho a la autodeterminación y a la soledad, como dignos de ser defendidos.

Llamado Rey voraz y Señor demoníaco de las bestias, se aparece como un enorme y aterrador simio de pelaje rojo con seis largos dedos en cada mano, manos enormes y con garras. Un juramento a Angazhan es un compromiso para adquirir poder y destruir todo lo que se te oponen con una fuerza implacable.

Balumbdar, o El enorme, es el dios de todas las cosas enormes del mundo que se elevan sobre las más pequeñas. Venerar a Balumbdar es creer en las grandes tormentas que arrasan un bosque pero dejan los árboles más altos en pie o en los terremotos que destruyen ciudades pero no mueven montañas.

Autodenominado dios de la justicia, Chohar enseña que el deber de uno es luchar por los inocentes y los indefensos y que nunca se debe ejercer el poder en beneficio propio. Chohar brillará para proteger cuanto pueda y, llegado el momento, guiará a su pueblo hacia un futuro prometedor.

El dios Uvuko baila por la tierra, su cuerpo forma el límite entre la tierra y el cielo. Los seguidores de Uvuko coinciden en el ideal del cambio como un aspecto de la vida, tanto para ellos como para los demás. También se oponen firmemente a la esclavitud y servidumbre y están dispuestos a luchar.

Kalekot, guardián de los secretos mortales y los lugares peligrosos, es un hombre del saco para la mayoría, asesino de los culpables y devorador de los intrusos. Favorece a los que incomodan a los demás mediante su propio mal: los desfigurados, deformados, los pobres, los maltratados y las víctimas.

Desde la brasa que enciende un molino de harina hasta la bomba que arrasa con una nación, Lubaiko enciende su pasión. Tanto los revolucionarios como los inventores, los artistas y los pirómanos ofrecen oraciones a Lubaiko para que sus logros se propaguen rápidamente.

Se suele representar a la diosa del crepúsculo como una leona con cabeza de mujer, con la piel tan oscura como la noche y unos ojos que brillan como estrellas. Hay muchos dioses de los sueños, pero para Luhar, la muerte es simplemente el último y más preciado sueño.

Mazludeh es representado como una serpiente gigante con una melena de huevos e higos frescos, o como una mujer con serpientes por pelo. Mazludeh representa no sólo la unidad con los vecinos, sino la unidad y la coexistencia con la naturaleza.

Tlehar vela por los nacimientos y nuevos comienzos, ya que no hay mayor símbolo de esperanza que la nueva vida. Las comadronas y las enfermeras rezan a Tlehar para que vigile su trabajo y garantice la salud de los recién nacidos. Quienes aceptan un nuevo género o sexualidad pueden invocan su poder.

Walkena es duro como el sol de verano. Purifica, pero a un precio terrible, y fue una de las mayores resistencias contra las fuerzas coloniales e invasoras. Walkena no predica grandes recompensas después de la muerte, sino que predica la grandeza en vida.