Angazhan

Llamado Rey voraz y Señor demoníaco de las bestias, se aparece como un enorme y aterrador simio de pelaje rojo con seis largos dedos en cada mano, manos enormes y con garras. Un juramento a Angazhan es un compromiso para adquirir poder y destruir todo lo que se te oponen con una fuerza implacable.

Origen: La Extensión de Mwangi
Categoría: Clérigo / Dios
Nivel necesario: 1
Adquisición: Selección

El Rey voraz

  • Áreas de interés tiranos, selvas, simios
  • Alineamiento CM (CM) Fuente divina dañar
  • Habilidad divina Atletismo
  • Aptitud divina Fuerza o Constitución
  • Dominios destrucción, Naturaleza, poder, tiranía
  • Dominios alternativos indulgencia, celo
  • Conjuros de clérigo 1.er: Colmillo mágico, 3.er: Forma animal (sólo simio), 5.º: Frenesí lunar
  • Edictos cometer actos de una violencia brutal, ponerse a prueba contra la naturaleza, hacer que los animales sean más peligrosos
  • Anatemas huir de las peleas, permitir que te resuciten en lugar de reencarnarte
  • Arma predilecta puño o lanza

Avatar

Al lanzar el conjuro avatar, un adorador de Chohar obtiene las siguientes aptitudes adicionales.

Angazhan Velocidad 60 pies (18 m), Velocidad trepando 60 pies (18 m); Cuerpo a cuerpo puño (ágil, alcance 15 pies [4,5 m]), Daño 6d8+6 contundente; A distancia rugido atronador (incremento de rango de distancia 100 pies [30 m]), Daño 6d6+3 mental.


Angazhan es un nombre muy conocido en la Extensión de Mwangi, y con razón. También llamado Rey voraz y Señor demoníaco de las bestias, se aparece como un enorme y aterrador simio de pelaje rojo con seis largos dedos en cada mano, manos enormes y con garras. Sus ojos rojos, sus cuernos retorcidos y sus colmillos brutalmente afilados le dan un aspecto demoníaco. Sus seguidores, que se cuentan por miles, van desde gnolls hasta charau-ka y demonios nalfeshni. Angazhan tiene una presencia y una influencia asombrosas, pero esa influencia rivalizada con su poder. Es bastante hábil con las armas, pero prefiere utilizar sus propias aptitudes: sus poderosos puños, sus letales colmillos, sus afilados cuernos y su mortífera cola. Su terrible dominio se extiende más allá de la vida, hasta la muerte. En ocasiones, los caídos en combate a manos de los esbirros de Angazhan se reencarnan a la fuerza en una criatura con aspecto de simio al servicio del Rey voraz. Esta maldición somete a la víctima a la eterna servidumbre y sólo en la muerte existe la posibilidad de recuperar su alma antes de acabar en el Osario para ser enviada a sufrir un tormento interminable en el Abismo.

Un juramento a Angazhan es un compromiso para adquirir poder. Angazhan anima a sus seguidores a destruir a todos los que se oponen a ellos con una fuerza implacable, a dominar hasta que no quede nada que te desafíe y a tratar los obstáculos como algo que hay que aplastar con rapidez. Aquellos que no cumplen estos mandatos son rápidamente desechados. Esta fuerza atrae a figuras peligrosas, criaturas ladronescas y seres aterradores. Los seguidores no comparten tanto un vínculo, sino un entendimiento de que al final sirven a un señor cuyo dominio no puede ser rivalizado. Angazhan es el patrón de Usaro (página 268), una temida y odiada ciudad charau-ka en la Extensión de Mwangi. Un representante de Angazhan, el Rey Gorila, gobernaba antes Usaro, pero fue asesinado recientemente, sumiendo a la ciudad en el caos.