Arquetipos

Los druidas del Círculo del Mar se nutren de las fuerzas tempestuosas de los océanos y las tormentas. Algunos se ven a sí mismos como encarnaciones de la ira de la naturaleza. Otros buscan una unidad mística con la naturaleza sintonizándose con los ciclos de las mareas.

Los druidas del Círculo del Pastor se encuentran en comunión con los espíritus de la naturaleza, especialmente con los de las bestias y los feéricos, a los que recurren en busca de auxilio. Estos druidas entienden que todos los seres vivos cumplen un papel en el mundo natural.

Los bardos consideran que el cosmos es una obra de arte, la creación de los primeros dioses y dragones. En este trabajo creativo se incluyeron armonías que aun siguen resonando hoy, un poder conocido como la Canción de la Creación.

Los bardos del Colegio de la Danza practican una forma de estar en armonía con el cosmos giratorio que enfatiza la agilidad, la velocidad y la gracia.

Los integrantes del Colegio de la Elocuencia dominan el arte de la oratoria. Estos bardos ejercen una mezclan la lógica con una oratoria de estilo teatral. Con esta combinación se ganan a escépticos y detractores con argumentos lógicos y apelan a la fibra sensible del público.

Los bardos del Colegio de las Espadas reciben el nombre de filos, ya que entretienen con osadas proezas de pericia en armas. Aunque utilizan sus armas para entretener también son guerreros entrenados y de gran habilidad.

Los bardos del Colegio de los Espíritus buscan relatos con un poder inherente y hacen que los temas que tratan cobren vida. Mediante símbolos místicos, estos bardos conjuran encarnaciones espirituales de fuerzas poderosas para volver a cambiar el mundo.

La mayoría de la gente no tiene problema en acoger a un bardo. De esto se aprovechan los miembros del Colegio de los Susurros. Sus integrantes utilizan su conocimiento y su magia para descubrir secretos y volverlos contra otros normalmente en forma de extorsión y amenazas.

Los bardos del Colegio de Conocimiento saben algo sobre la mayoría de cosas, coleccionan conocimiento de fuentes tan diversas como tomos académicos y cuentos de campesinos.

El Colegio del Glamour es el hogar de aquellos bardos que han afinado su habilidad en el vibrante reino del Feywild o bajo la tutela de alguien que vivió allí. Su elocuencia es tal que un discurso o una de sus canciones es legendaria.

Los bardos del Colegio de Valor son atrevidos escaldos, cuyas historias mantienen vivo el recuerdo de los grandes campeones del pasado, inspirando así a una nueva generación de héroes.

Los dioses de la forja son patrones de aquellos artesanos que trabjan con el metal, desde un humilde herrero, que mantiene a su pueblo surtido de herraduras y rejas de arado, al poderoso artesano elfo cuyas flechas de punta de diamante han derrotado a señores demoníacos.

La guerra se manifiesta de muchas formas. Los dioses de la guerra observan a los guerreros y los recompensan por sus hazañas heroicas. Los clérigos de estas deidades destacan en combate, inspirando a otros a pelear en una buena lid u ofrecer actos de violencia como si de oraciones se tratara.

Los dioses de la luz, promueven los ideales del renacimiento, la renovación, la verdad, la vigilancia y la belleza. Los clérigos de un dios de la luz son espíritus iluminados, imbuidos del brillo y el poder de la visión preclara de su dios. Su misión es ahuyentar la mentira y traer la luz.

El dominio de la Muerte se ocupa de las fuerzas que ponen fin a la vida, pero también de la energía negativa que permite alzarse a los muertos viviente. Los dioses del dominio de la Muerte también encarnan el asesinato, el dolor, la enfermedad o el veneno.

Los dioses de la naturaleza son tan variados como ella, muchas de estas divinidades también poseen clérigos; campeones que persiguen los intereses de un dios de la naturaleza.

Un bálsamo de paz bulle en el corazón de las comunidades prósperas, entre naciones amigas y en las almas de los bondadosos. Los dioses de la paz inspiran a criaturas de todo tipo a resolver conflictos y a enfrentarse a las fuerzas que intentan impedir que la paz prospere.

Los dioses de la sepultura vigilan la línea entre la vida y la muerte. Para estas deidades, la muerte y el más allá son parte fundamental del universo. Los seguidores de estas deidades buscan dar descanso a los espíritus errantes, destruir a los muertos y aliviar el sufrimiento de los moribundos.

Las deidades de la tempestad envían a sus clérigos a inspirar miedo en el pueblo llano, ya que sea para mantener a este en la senda de la rectitud o para motivar la celebración de sacrificios conciliatorios que mantendrán a raya la ira divina.

El dominio de la Vida se centra en la brillante energía positiva (una de las fuerzas fundamentales del universo) que sustenta a todos los seres vivos. Los dioses de la vida promueven la vitalidad y la salud curando a los enfermos y expulsando a las fuerzas de la muerte y a los muertos vivientes.

Los dioses del conocimiento, entre los que se incluyen valoran el aprendizaje y el entendimiento por encima de todo. Algunos de ellos enseñan que el conocimiento debe ser reunido y compartido en bibliotecas y universidades, o promueven el saber práctico de la artesanía y la invención.

La magia es un energía que baña el multiverso y alimenta tanto la destrucción como la creación. Lo dioses del conocimiento arcano conocen íntimamente los secretos del potencial de la magia.

La oscuridad puede traer miedos, pero los dioses del crepúsculo nos protegen frente a los horrores de la noche. Los clérigos que veneran a estas deidades reconfortan a aquellos que buscan el descanso y los protegen, aventurándose en la oscuridad para garantizar paz y bienestar.

Las divinidades del engaño, son seres revoltosos y manipuladores, que presentan un desafío constante al orden aceptado tanto por dioses como por mortales. Son patrones de canallas, ladrones, jugadores, rebeldes y libertadores. Sus clérigos son una fuerza que perturba el mundo.

El dominio del Orden representa la disciplina, así como la devoción por las leyes que rigen una sociedad, una institución o una filosofía. Los clérigos del Orden reflexionan sobre la lógica y la justicia mientras sirven a sus dioses.