Arquetipos

Los luchadores del camino del Kensei entrenan incansablemente con sus armas, hasta el punto de que estas no son más que una extensión de su cuerpo. Inicialmente basada en la maestría de la espada, esta tradición se ha expandido para incluir muchas armas diferentes.

El camino del maestro borracho enseña a sus estudiantes a moverse de forma errática e impredecible, como un borracho. Un maestro borracho se balancea, tambaleándose sobre sus piernas inestables y presentando un oponente aparentemente incompetente, pero frustrante en combate.

Los luchadores del camino del sol brillante aprenden a canalizar su propia energía vital en rayos de luz abrasadores. Predican que meditar puede desencadenar la habilidad de desatar una luz indómita que irradia del alma de toda criatura viva.

En los templos más remotos, ocultos entre montañas y valles azotados por el viento, se enseña un arte marcial que convierte el cuerpo en una tormenta de acero. Sus practicantes no golpean con simple fuerza bruta; en su lugar, fluyen como un vendaval imparable.

Los luchadores que siguen el Camino del Yo Astral creen que el cuerpo es una ilusión. Consideran que su flujo es una representación de su verdadera forma, el yo astral. Este yo astral puede ser tanto una fuerza del orden como del caos.

Nadie recuerda cómo moriste. Tal vez una flecha, una enfermedad, o algo peor. Solo el frío permanece en tu memoria, un frío tan profundo que ni el fuego infernal podría disipar.

La canción de la antipatía emana misterio, terror y dolor. Las entonadoras que cantan esta canción sienten placer en causar dolor y experimentar con cualquier ser vivo, ya sea por venganza, frialdad o curiosidad. La experimentación carece de límites, como ellas carecen de empatía por los demás.

La canción de la justicia es una corta pero dulce canción de restricciones y determinación. Superficialmente, puede parecer directa y moralmente superior, pero en lo profundo alberga un desprecio depravado y maniaco hacia aquellos que no siguen su doctrina e ideologías.

La canción de la lujuria cuenta las historias de las figuras carismáticas y temibles que mezclaban hechicería sensual, manipulación emocional y arte marcial refinado. Donde pisan, los débiles caen rendidos, y los fuertes son tentados por susurros de gloria y éxtasis.

La canción de la mentira escuchó la realidad que la canción de la verdad susurró al oído de estas entonadoras, sin embargo, estas decidieron negar dicho susurro, creando un mundo perfecto, un mundo que se alejaría de la realidad, controlado por la mentira, una mentira piadosa.

La canción de la misericordia es una canción despreocupada, ignorante, que profesa un compañerismo y felicidad inquietante. Aunque alegra el corazón de muchos y puede traer paz y tranquilidad, también se desmorona ante la tragedia y podría ser demasiado ingenua para enfrentar el mundo real.

La canción de la verdad es una pesada y profunda canción llena de secretos sin contar. Lleva una inmensa carga sobre sus hombros, y a veces puede parecer que se romperá y desaparecerá, pero siempre continúa, sin fin, eterna.

Los hojacantantes dominan una tradición de la magia que incorpora el manejo de la espada y el baile. Originalmente creada por elfos, esta tradición ya la han adoptado otras razas, que respetan las costumbres élficas y las amplían.

Emular el arquetipo del cazador significa aceptar tu lugar como baluarte entre la civilización y los terrores de lo salvaje. Conforme avanzas por la senda del cazador, aprendes técnicas especializadas para luchar contra las amenazas.

Aquellos ambiciosos que apuntaron al cielo, aprendieron a utilizar las estrellas para guiar su camino en el mundo de la caza. Los cazadores de estrellas tienen un amplio conocimiento del espacio exterior basado en los estudios astronomía y las dimensiones externas al plano físico.

Has dedicado tu vida a cazar criaturas de la noche y usuarios de magia oscura. Un cazador de Monstruos busca vampiros, dragones, feéricos malvados, infernales y otras amenazas mágicas.

Los druidas de este circulo veneran entidades desconocidas, cósmicas, mas allá de la comprensión terrenal o dimensional, criaturas tan poderosas como anónimas.

Los druidas del Círculo de las Esporas aprecian la belleza de la descomposición. En los mohos y los hongos ven la capacidad de transformar materia inerte en vida abundante, aunque algo extraña.

El Círculo de las Estrellas permite a los druidas aprovechar el poder de la luz estelar.

Los druidas del círculo de los árboles son conocidos como Los guardianes del silencio verde. Esta orden nació en el corazón del bosque donde los árboles antiguos guardan secretos olvidados por los mortales.

Los miembros del Círculo de los Sueños vienen de regiones con fuertes lazos con el Feywild y sus reinos de ensueño.

Algunas sectas druídicas han encontrado formas de extraer la magia de los mismísimos infiernos, combinando sus hechizos de la naturaleza con la energía diabólica de la dimensión conocida como ''Los nueve infiernos de Baator''.

Los druidas del Círculo del Fuego Salvaje comprenden que, a veces, la destrucción es la precursora de la creación, como cuando un incendio forestal favorece el crecimiento posterior.

Los druidas del Círculo del Pastor se encuentran en comunión con los espíritus de la naturaleza, especialmente con los de las bestias y los feéricos, a los que recurren en busca de auxilio.

En los reinos donde la risa es escasa y la tragedia gobierna, surge una hermandad de artistas tan temerarios como ingeniosos, el colegio de la bufonería. Sus miembros son juglares, payasos y burlones que desafían al poder con su humor, usan la comedia como espada y el ridículo como escudo.