Dagar Nightmid

Cada personaje tiene una historia. Aquí se cuenta la de Dagar Nightmid.

Detalles

  Alineamiento. Legal maligno

  Apariencia. Es un replicante, así que creo que eso habla por sí mismo. Puede adoptar cualquier forma humanoide que haya visto. No obstante, su forma "original" difiere un poco de los demás replicantes. Siendo uno de sus progenitores tiefling, posee la apariencia de uno de ellos, también mezclando rasgos de su otro progenitor replicante. Sería un tiefling rojo cuyos cuernos son como los de un carnero. Su rostro está cubierto de manchas similares a pecas. Dos tatuajes iguales (una línea recta en vertical de color negro) cruzan sus dos ojos completamente amarillos. Bajo su labio, a lo largo de su barbilla, el mismo tatuaje. Cabello rizado, oscuro y de longitud mediana. Todos estos rasgos dentro de una apariencia mayoritariamente andrógina. A veces, adorna como puede sus cuernos con joyas, al igual que sus orejas. Suele vestir con una especie de poncho granate con el estampado de una serpiente dorada a lo largo de este, encima de la armadura de cuero. Lo guarda cuando tiene que adoptar otro aspecto. También hace lo mismo con los pendientes de sus dedos, aquellos que son largos y que acaban en uñas afiladas y negras.

  Edad. 30 años.

  Historia. Dagar nació de la unión entre Alva Nightmid, una tiefling perteneciente al círculo del dragón, y Rogan, un replicante de origen desconocido. El siguiente que vino fue su hermano, Maple. Ambos fueron educados bajo el seno de sus padres dentro del circulo una vez consideraron a Rogan como un aliado, uno más. Conocieron los principios y las responsabilidades que tenían dentro de este, esperando que siguiesen su curso y mantuviesen el equilibrio entre todos, tal y como debía ser. Tanto Dagar como Maple, en sus formas originales, lucían como tieflings por parte de su Alva, pero podían adoptar cualquier forma humanoide que veían al igual que Rogan. Dentro del círculo aquello era un factor irrelevante, lo fue desde que conocieron a Rogan. No obstante, los replicantes arrastraban problemas con otros fuera del círculo simplemente por su naturaleza, debido a la desconfianza que les provocaban - podrían robarle la personalidad a cualquiera y hacer con ello lo que quisiesen, incluso arruinar reputaciones. Además, al estar relacionado con los dragones y el temor general que estos le transmitían posiblemente a cualquiera, a pesar de sus propósitos bondadosos, no eran creídos y recibidos con los brazos abiertos por cualquiera.

A diferencia de su hermano Maple, o cualquiera de aquel círculo, Dagar siempre pensó que, con todo el potencial que tenían, merecían elevarse por encima de los demás, mucho más teniendo en cuenta la discriminación que sufrían. Dejarles en claro de lo que podían ser capaces. No obstante, tenía en cuenta que se sometería al rechazo general al proponerlo, así que se lo guardó en silencio. Si bien procuraban mantenerse obrando ocultos, ahora lo hacían mucho más por todos aquellos que estaban en contra de ellos. Dagar se obligó a seguir aquella línea por muchas ganas que tuviese de rebelarse. Hasta que Rogan desaparecío. Su ausencia se prolongó días. Semanas. Era extraño porque nunca se había ausentado tanto. Ni Alva ni Maple, nadie era capaz de explicar por qué dentro del círculo, por mucho que lo buscasen. Ni siquiera Dagar. Pero una idea corrió por su mente cuando sucedió. No era que podría haber sufrido un altercado estúpido, o que pudiese haber sido atacado por una bestia irracional... Sino que había sufrido un ataque procedente de los habitantes de un pueblo considerablemente grande, relativamente cercano a su círculo, al que acudían para obtener recursos de vez en cuando. Seguramente lo habrían pillado, porque el pobre replicante ya no fue lo que era. Si no era eso, ¿por qué se iría?

Afortunadamente para todos, Dagar tenía la solución, una vez que esa gota había colmado su vaso. Intentó convencer con su labia acerca de lo que pensaba, de que su hipótesis era cierta y que tenían que tomar cartas al respecto. 'Hoy a sido Rogan, mañana podríamos ser todos nosotros si no hacemos nada, replicantes o no', decía y decía, hasta que se unieron a su causa. Desde luego, también intentó convencer a su madre y hermano, pero se negaron, diciendo que aquella no era, ni por asomo, la solución, por mucho dolor que sintiesen. La furia azotó a Dagar, y después de llamarlos cobardes y desleales, marchó hacia aquel pueblo con el resto del círculo.

Hechos dragones, lo redujeron todo a cenizas y, ciertamente, Dagar sintió esa satisfacción que durante años y años había permanecido oculta esperando el momento de salir a la luz. Esa sensación de libertad que por fin había alcanzado a sentir en base de la venganza. Sin embargo, durante la pelea, mientras todo era puro infierno, Maple apareció de repente, invistiendo a Dagar por sorpresa. Pelearon entre ellos, en medio de una discusión intensa; '¡Esta no es la forma, Dagar! ¿¡Es que no lo ves!?', gritaba Maple. Hasta que Dagar tomó su revancha y se puso por delante de él. Cuando Maple se debilitó lo suficiente, abandonó su forma dragónica, tendido en el suelo e incapaz de levantarse, o de hablar. 'Eres débil, y un traidor que ni siquiera tiene respeto por su propia familia. ¿Te has saciado pensando que este ha sido tu gran acto heróico del día? ¿Defendiendo a esos... Asesinos? Espero que sí, porque ha sido el último que harás., decía con una lengua viperina y un tono arrastrado mientras se acercaba a él amenazante. Ya no pensaba racionalmente, pero a su propio criterio, sí. Era lo que se tenía que hacer ante ese traidor, mucho más cuando la furia ya le volvía a consumir. Maple intentó arrastrarse para alejarse de Dagar, con la respiración agitada, pero estaba demasiado vapuleado para hacerlo. Ante ello, Dagar lo tomó del cuello y lo apretó, haciendo que le mirase directamente a esos ojos brillantes y dorados sin iris alguna. Maple intentó tragar saliva, pero no podía. Lo único que alcanzó a decir fue: 'No eres ningún salvador, Dagar. Tú eres el asesin...', pero antes de que acabase su frase, Dagar le perforó el pecho a su hermano y le arrancó literalmente el corazón, cuyo último latido se extinguió en las manos llenas de sangre del replicante, para luego tirar el cuerpo inerte de su hermano como si fuese un trapo al suelo.

El resto de dragones presenciaron aquello mientras el infierno terminaba por desatarse, dandose cuenta de sus actos mientras Dagar estrujaba el órgano de Maple a sangre fría. 'Esto es lo que somos, y hay que aceptarlo. Los hemos puesto en su sitio, tal y como se tenía que hacer. No podemos cometer fallos, pero hemos ganado.', decía con satisfacción. Pero los otros le miraron con horror, y terminaron por repudiarle, lejos del círculo y de sus vidas. Incluso Alva lo hizo al enterarse.

Dagar terminó por marcharse lejos, con la frustración en las venas, pero sin arrepentirse. Ahora vagando por el mundo se encuentra, sin cambiar su pensar y lográndose la vida a base de apaños y trucos sucios tanto en las calles como en cualquier sitio en el que se encuentre, esperando volver a sentir esa sensación de vida correr por su cuerpo. Allá por donde va, en cualquier idioma y lengua, se ha ganado el apodo de 'HELLGON', el Dragón del Infierno.

  Idiomas. Común, druidico, infernal, draconico.

  Notas. - Han pasado 10 años desde que abandonó el circulo. - Llamó a su bastón 'Sanganeg' con el tiempo, con tal de que por este corriese la sangre de sus enemigos. El bastón está hecho de madera principalmente, con la forma de serpientes y dragones ascendiendo por este, hasta terminar en su punta la figura de la cabeza de una serpiente con los ojos dorados. - Después de terminar con Maple, le robó su honda. La apodó 'el corazón de Maple'. - Tiene un libro en el que apunta los conjuros que posee o que aprende, deseando perfeccionar o crear algunos a su propia manera. - A parte de aquel libro, también tiene otro que usa tanto como diario, aunque en algunos momentos piense que es estúpido. Pero lo sigue haciendo. - Cuando se convierte en dragón, es la de uno rojo principalmente. - En su estilo de vida actual, se la pasa cambiando de forma cada dos por tres. Ante bastante pocos se ha mostrado con su forma original, ellos sin saber que lo era. Pero lo hizo. Se necesita demasiada confianza para ello. - A veces se deja crecer bigotito hasta que se cansa de él. - Any pronouns. - No es exactamente un miedo pero siempre ha sido un pensamiento que le ha atormentado desde hace mucho tiempo, incluso de joven, y era que su madre Alva siempre prefería a su hijo menor, Maple, antes que a Dagar, dándole la impresión de que su propia madre pensaba que era... Alguien muy intenso de manera psicológica, o que tenía problemas de conducta (los tenía, pero no quería aceptarlo). Dagar siente que le ha faltado esa clase de apoyo maternal por su parte, y que no lo tenía principalmente porque le hacía más de lado. A raíz de ello fue creciendo cierto temor a que un día su madre le abandonase, o que Dagar se pudiese ir y que a ella no le importaría. De todos modos, siempre ha mostrado una faceta dura al respecto. Desde lo ocurrido con Maple, a veces tiene sueños y pesadillas con él. Sueños en los que él regresa y le dice que nunca podrá conseguir lo que se propone. En esos sueños Dagar también intenta actuar, pero es como si estuviese en una parálisis del sueño y solo puede escuchar a Maple burlarse de Dagar y decirle que es débil, al igual que fácilmente reemplazable. En sus peores pesadillas aparece su padre en medio del fuego de la ciudad que Dagar junto con otros druidas en forma de dragón quemaron cuando este desapareció, el cual le mira, pero lo hace con decepción. También tiene miedo de sus propios sentimientos, esos que cree que le distraen de su propósito. Por otro lado, posee esa fobia a la derrota, a no superar a todos.

Trasfondo: Hellgon

Vivías en la reclusión -ya sea en una comunidad resguardada, como un monasterio o completamente solo- por una parte importante de tu vida. Durante el tiempo que pasaste lejos del clamor de la sociedad, encontraste quietud, soledad, y quizá alguna de las respuestas que buscabas.

  Vida de reclusión. Fui exiliado por un crimen que no cometí. Me retiré de la sociedad después de un evento que alteró mi vida.

Rasgo: Descubrimiento

La reclusión pacífica de tu extendido aislamiento te dio acceso a un único y poderoso descubrimiento. La exacta naturaleza de esta revelación depende de la naturaleza de tu reclusión. Podría ser una gran verdad acerca del cosmos, las deidades, los seres poderosos de otros planos o las fuerzas de la naturaleza. Podría ser un sitio que nadie más vio nunca. Podrías haber descubierto un hecho que fue olvidado hace mucho, o desenterrado alguna reliquia del pasado que podría reescribir la historia. Podría ser información potencialmente dañina para la gente que te consignó al exilio, y he ahí la razón por la cual regresas a la sociedad. Trabaja con tu DM para determinar los detalles de tu descubrimiento y su impacto en la campaña.

Características

  Rasgos de personalidad. Su personalidad cambió a lo largo del tiempo, o que quizás fueron rasgos que estuvieron ocultos esperando el momento para culminar. Pero Dagar siempre fue alguien que poseía seguridad en su propia persona, al igual que ese espíritu calculador y analítico. Sabe cómo actuar delante de cualquiera para conseguir lo que quiere, pues otra cosa que le gusta es /ganar/. Siempre ha querido superar a los que tiene a su lado, fuese como fuese, pues se considera con el potencial y el poder suficiente para hacerlo. No soporta la derrota, y no se rinde hasta conseguir su victoria. Posee un gran don en la palabra y en el engaño, o eso piensa, lo cual le ayuda a lo anterior. Ha respetado siempre el propósito de los druidas de su círculo - mantener el equilibrio entre los dragones y el resto de especies, al igual que también ha respetado la decisión de otros replicantes de adaptarse a las costumbres de los demás para poder sobrevivir y estar en paz. Pero siempre ha pensado que se merecían más reconocimiento y que poseían más superioridad de la que creían. Calló en cuanto a eso, desde luego. No obstante, ese pensamiento terminó yendo más allá, y sigue sin cambiar. Personalidad magnética, pero repelente, como la de un felino persuadiendo a veces. Se mueve mediante sus propios intereses y, como se ha dicho anteriormente, sabe cómo hablarle a cada quien se encuentra.

  Ideales. Supremacía. La mayor parte de su vida la vivió acatando el hecho de que se debía de mantener un equilibrio, pero cree que el mundo sería mucho mejor si la gente como Dagar, tanto su propio círculo como los replicantes, tomasen el poder. Ese pensamiento se agravó con las constantes ofensivas de aquellos que los repudiaban. ”si eres el mejor en algo, la gente te querrá.” No deja que nadie le pisotee, y no lo hará nunca mientras siga con vida. En un caso desafortunado, que se prepare para la venganza.

  Vínculos. Rompió parcialmente los vínculos con su anterior círculo. Ya no le queda ningún familiar vivo, o eso cree. Así que, permanece en soledad, salvo cuando le rinde homenaje a sus dioses.

  Defectos. Es muy cabezota y no suele cambiar su manera de pensar. No lo hizo nunca por el momento, a pesar de lo que pudiese haber pasado. La confianza en sí también es una moneda de doble cara. Confiarse demasiado puede darle sorpresas no muy agradables. Le duele el rechazo, aunque no lo muestre. No le gusta mostrar ningún sentimiento que pueda considerar como débil. Por eso le muestra la cara que quiere al mundo. Le gusta jugar con los demás todo lo que puede. Desconfía del resto por obvias razones.

Competencias

  Competencia con habilidades del trasfondo. Engañar y Juego de Manos

  Competencia con equipo del trasfondo. Bastón, Daga, Dardo, Honda, Estoque, Pieles, Herramientas de artesano, Kit de disfraz, Kit de falsificación, Herramientas de ladrón, Kit de envenenador y Herramientas de joyero