𝑴𝒂𝒆𝒈𝒍𝒊𝒏

Cada personaje tiene una historia. Aquí se cuenta la de 𝑴𝒂𝒆𝒈𝒍𝒊𝒏.

Detalles

  Alineamiento. Legal maligno

  Apariencia. Pese a su origen Astral, tiene la piel y los ojos más similares a los elfos del plano material, esto se debe a su larga exposición a dicho plano, sin embargo cuando vuelve a su plano natal, el astral, su piel se vuelve un tono más blanco brillante, y sus ojos un dorado más puro y luminoso. Mide 182 centímetros de altura y por su esvelta figura apenas aparenta pesar unos 60 kilos. Viste siempre ropa de alta costura con joyas de calidad o en su defecto, ropa de gala militar.

  Edad. 365

  Historia. Maeglin Astra no lleva sangre real en sus venas. Sus padres no fueron más que oportunistas, mortales comunes que, por un cruel giro del destino, se alzaron en el momento preciso, en el lugar exacto. Hace cuatrocientos años, un reino élfico se desangraba en una guerra civil que consumía vidas y esperanzas. Las facciones rivales, agotadas, peleaban por una corona que cambiaba de manos entre traiciones y revueltas. Cuando un bando estaba a punto de reclamar la victoria, una sombra cruzó los cielos: una nave Spelljamming, un galeón mercante astral, irrumpió como un augurio de fatalidad.

El reino tembló, temiendo un asalto de fuerzas extraplanarias. Pero no era un ataque planeado. Los elfos astrales a bordo, huyendo de los voraces devoramentes, solo buscaban refugio. Sin embargo, en un reino sin líder, el poder pertenece a quien lo toma. Con una brutalidad implacable, la tripulación del galeón ejecutó un golpe de estado, masacrando a los líderes élficos que disputaban el palacio. Los cuerpos de los vencidos adornaron el suelo, y los recién llegados se proclamaron amos de un trono que no les pertenecía.

Los insurgentes, conocedores de su tierra, lucharon con fiereza, pero no pudieron contra la disciplina y la tecnología astral de los usurpadores. Los civiles enfrentaron un ultimátum: someterse al nuevo orden o ver sus hogares saqueados para reparar la nave. En dos años, los elfos astrales consolidaron su dominio. Muchos, seducidos por el poder y la opulencia de su tiranía, renunciaron al Plano Astral para construir un reinado sobre la sangre de los vencidos.

Durante siglos, las revueltas ardieron como brasas inextinguibles. Los descendientes de los elfos nativos desafiaban a los usurpadores, pero ninguna rebelión logró derrocarlos. No fue hasta trescientos años después que el reino conoció una paz frágil, no por obra del primer rey astral, ya muerto, sino de su hija: Maeglin.

Maeglin Astra, heredera de un trono robado, creció entre sangre y traición. Vio a su padre degollado por la resistencia, su madre atravesada por una flecha en una revuelta, su hermano mayor envenenado por un esclavo elfo del bosque, y su hermana mayor ultrajada y asesinada por los altos elfos que, hipócritamente, abogaban por la paz. Ninguno era inocente; todos cosecharon lo que sembraron. Pero Maeglin no se contentó con sobrevivir. Forjó su alma en el crisol del sufrimiento, convirtiéndose en un reflejo aún más oscuro de su linaje.

Con una crueldad meticulosa, Maeglin impuso su visión de paz. A quienes depusieron las armas, les otorgó una existencia precaria, siempre bajo la sombra de su vigilancia. A los que osaron resistir, les mostró un infierno que hacía palidecer los crímenes de su familia: familias enteras empaladas, rebeldes torturados hasta que sus gritos se convertían en súplicas por la muerte. Su paz no era armonía, sino un silencio forzado, un reino donde el miedo reemplazó a la esperanza.

Ochenta y cinco años después, la resistencia es un susurro agonizante. De la familia que usurpó el trono, solo quedan Maeglin y su hermana menor, una criatura frágil, consumida por el temor y la sumisión. Mientras Maeglin perfeccionó la crueldad de su linaje, su hermana se quebró bajo el peso del mismo trauma, convirtiéndose en una sombra que depende de la protección de su tiránica hermana. Pero incluso este vínculo es un arma. Maeglin ha demostrado, en raras pero escalofriantes ocasiones, que quienes amenazan a su hermana no solo mueren, sino que sufren tormentos que convierten la muerte en un anhelo inalcanzable.

Ahora, Maeglin mira más allá de sus fronteras. Cree que su paz, forjada en sangre y terror, es un don que debe imponerse al mundo. Su ambición no conoce límites: unificar razas, reinos, pueblos, bajo su yugo. Por las buenas… o por las malas. Y en su corazón, donde la compasión podría haber florecido, solo queda la certeza de que su crueldad, heredada y perfeccionada, es el único camino.

  Notas. Astra Regnum: El Reino de la Opulencia Forjada en Miedo

Bajo el reinado de Maeglin Astra, el Astra Regnum florece como un faro de riqueza y esplendor en un mundo fracturado. Han pasado ochenta y cinco años desde que Maeglin sofocó las últimas brasas de la resistencia, y el reino, construido sobre las ruinas de un antiguo dominio élfico, brilla con una prosperidad que deslumbra a propios y extraños. Pero esta opulencia tiene un precio, y en las sombras de sus calles engalanadas, el miedo susurra el verdadero nombre del poder: obediencia.

Una Era de Abundancia para los Leales El Astra Regnum es un reino de contrastes, donde la riqueza fluye como los ríos de cristal que serpentean por sus valles. Las minas, excavadas en las entrañas de las montañas sagradas de los antiguos elfos, producen un torrente incesante de minerales raros y gemas preciosas: esmeraldas que capturan la luz de las estrellas, zafiros profundos como el vacío astral, y diamantes que parecen arder con un fuego interno. Estas riquezas han convertido al reino en un centro comercial sin igual, atrayendo a mercaderes de tierras lejanas que negocian bajo la atenta mirada de los guardias astrales.

La joyería se ha erigido como un arte supremo en Astra Regnum. Las calles de la capital, Estelaris, resplandecen con talleres donde orfebres élficos, humanos y enanos forjan piezas de una belleza hipnótica: diademas incrustadas de ópalos que cambian de color con la luna, collares que parecen tejidos con hilos de luz estelar, y anillos grabados con runas que susurran poder. Los ciudadanos leales, aquellos que juran fidelidad a Maeglin, visten estas joyas como símbolos de estatus, y las grandes casas nobles compiten en ostentación, luciendo creaciones que rivalizan con las de los dioses.

Los mercados rebosan de bienes: sedas traídas de planos distantes, especias que arden en la lengua, y artefactos mágicos alimentados por las gemas del reino. Los banquetes en la corte de Maeglin son legendarios, con mesas cargadas de manjares exóticos y cálices adornados con rubíes. Para quienes se pliegan al régimen, la vida es un sueño de abundancia, donde la pobreza es un eco lejano y el lujo una recompensa por la sumisión.

El Yugo de la Tirana

Sin embargo, la prosperidad del Astra Regnum es una fachada que oculta un corazón de hierro. La paz de Maeglin no es un regalo, sino una cadena. Los disidentes, aquellos que osan cuestionar su mandato o recordar el antiguo reino élfico, desaparecen en la noche. Las mazmorras de Estelaris, talladas en obsidiana y ocultas bajo el palacio, resuenan con los ecos de los rebeldes torturados, cuyos gritos sirven como advertencia para los vivos. Las plazas públicas, adornadas con estatuas de Maeglin y sus ancestros astrales, exhiben ocasionalmente cabezas en picas, recordatorios mudos de que la deslealtad no tiene cabida en este reino. La extracción de minerales y gemas, motor de la economía, es un trabajo agotador que recae en los esclavos y los prisioneros. Los elfos del bosque, subyugados desde la llegada de los astrales, y los humanos que se unieron a revueltas fallidas, excavan en minas vigiladas por capataces armados con látigos encantados. Las gemas que adornan las joyas de los nobles a menudo están manchadas de sangre, y los mineros que sobreviven al trabajo son marcados con runas que los atan al servicio del reino.

La vigilancia es omnipresente. Los espías de Maeglin, conocidos como los Susurrantes, se infiltran en tabernas, mercados y hasta los hogares, buscando cualquier indicio de traición. Los ciudadanos saben que una palabra fuera de lugar puede llevarlos a las mazmorras o, peor aún, a un destino desconocido en los laboratorios arcanos de la corte, donde los alquimistas de Maeglin experimentan con las gemas para crear armas de un poder inimaginable.

La Corte de Estelaris y el Reinado de Maeglin

En el corazón del Astra Regnum se alza Estelaris, una ciudad de torres de cristal y mármol negro, iluminada por faroles encantados que flotan como luciérnagas. El palacio de Maeglin, una fortaleza astral reconstruida a partir de la nave Spelljamming original, domina el horizonte, sus cúpulas reflejando las constelaciones del cielo nocturno. Aquí, Maeglin gobierna desde un trono tallado en un solo bloque de zafiro, rodeada de cortesanos que la adulan con temor y consejeros que saben que un paso en falso puede costarles todo.

La hermana menor de Maeglin, Liora, es una figura enigmática en la corte. Pálida y frágil, siempre vestida con joyas que parecen más cadenas que adornos, su presencia es un recordatorio de la única debilidad de la tirana. Los rumores dicen que Maeglin ha destruido aldeas enteras por rumores de conspiraciones contra Liora, y los pocos que han intentado usarla como peón han enfrentado tormentos que hacen temblar a los más valientes.

Un Reino al Borde de la Ambición

El Astra Regnum, con su riqueza y su poder, no está satisfecho. Maeglin, convencida de que su visión de orden debe abarcar el mundo, ha comenzado a enviar emisarios a reinos vecinos, ofreciendo alianzas comerciales respaldadas por la amenaza implícita de su ejército. Las gemas del reino no solo adornan joyas, sino que potencian golems de guerra y artefactos que podrían aplastar a cualquier enemigo. Los mercaderes que visitan Astra Regnum regresan con historias de su opulencia, pero también de su terror, y los reinos cercanos comienzan a preguntarse cuánto tiempo pasará antes de que Maeglin decida que su paz debe imponerse más allá de sus fronteras.

En Astra Regnum, la vida es un banquete para los leales, un tormento para los disidentes, y un juego de poder para quienes orbitan cerca de la tirana. Las gemas brillan, las joyas deslumbran, pero bajo la superficie, el reino respira con el aliento helado del miedo.

Trasfondo: Noble

Entiendes de riqueza, poder y privilegio. Tienes un título nobiliario, y tu familia posee tierras, recauda impuestos y ejerce un significativo poder político. Podrías ser un mimado aristócrata desconocedor de lo que es el trabajo o la falta de comodidades, un antiguo comerciante recién elevado a la nobleza, o un canalla desheredado con un desproporcionado sentido sobre sus legítimos derechos. O podrías ser un honesto y trabajador terrateniente que se preocupa profundamente por la gente que vive y trabaja en tus tierras, muy consciente de tus responsabilidades para con ellos. Trabaja junto a tu DM para conseguir un título apropiado y determinar cuanta autoridad ese título proporciona. Un título nobiliario no se sostiene por sí solo, está conectado a la totalidad de una familia, y sea cual sea el título que tengas, será heredado por tus hijos. No solo necesitas determinar tu título nobiliario, sino que también deberías trabajar con tu DM en describir a tu familia y su influencia sobre ti.

Rasgo: Posición de privilegio

Gracias a tu cuna noble, la gente tiende a pensar lo mejor de ti. Eres bienvenido en la alta sociedad y la gente asume que tienes el derecho de estar donde quiera que estés. La gente común hace todo lo posible para que te sientas cómodo y evitar tu descontento, y otras personas de alta cuna te tratan como miembro de la misma esfera social. Puedes asegurar una audiencia con un noble local, si es necesario.

Características

  Rasgos de personalidad. Mi elocuente adulación hace sentir a mi interlocutor la persona más importante y maravillosa del mundo. La gente común me quiere por mi amabilidad y generosidad. Nadie que mire mi regia postura puede dudar que esté por encima de las sucias masas.

  Ideales. Poder. Si obtengo más poder, nadie podrá decirme qué hacer. (Maligno) Familia. La sangre fluye más espesa que el agua. (Cualquiera)

  Vínculos. Mi lealtad a la corona es inquebrantable.

  Defectos. Secretamente pienso que todo el mundo está por debajo de mí Escondo un secreto verdaderamente escandaloso que podría arruinar a mi familia para siempre

Competencias

  Competencia con habilidades del trasfondo. Arcanos y Persuasión

  Competencia con equipo del trasfondo. Herramientas de navegante, Vehículo (terrestre), Vehículo (acuático) y Vehículos espaciales