Arquetipos

Los Caballeros Encantadores son de los pocos usuarios de magia que prefieren el combate cuerpo a cuerpo, blandiendo una espada de energía mágica. Estos hechiceros tienen habilidades para desvanecerse y reaparecer, debilitar a sus oponentes, y fortalecer y restaurar la vitalidad de sus camaradas.

Tu Patrón de Otro Mundo es un poderoso espíritu del Velo. Originalmente un espíritu benévolo, que al haber pasado mucho tiempo en el mundo físico y presenciado las atrocidades que se cometen en él, se convirtió rápidamente en un espíritu sediento de venganza contra los opresores.

Tu campo de estudio es el Velo mismo: Proyectas su fuerza hacia el mundo físico, sea atrayendo la materia del Velo para atacar, o resquebrajando el Velo mismo para volverlo un arma que aturde y aplasta a tus enemigos. El reino de los sueños es tu campo de juegos, pero procura no jugar a ser un dios.

Tatuados con lirio e impulsados por la venganza, los Espectros Azules son enemigos atemorizantes a la vez que aliados invaluables en el campo de batalla.

Los Templarios han sido el método más efectivo de regular el uso de la magia por siglos. Sus poderes derivan del consumo de lirio, la esencia de la magia, que les permite reforzar la realidad, separar el mundo físico del mundo de los sueños, el Velo, y negando las habilidades de los magos.

Has sido infectado por la Ruina, la enfermedad que asola Thedas cuando los Engendros tenebrosos salen a la superficie bajo el mando de un Archidemonio. La Ruina corre por tus venas, y de una u otra forma, harás su voluntad y traerás el justo castigo que los mortales merecen por desafiar al Hacedor.

Los segadores dracónicos consumen la sangre de un dragón y toman el poder de la criatura para alcanzar niveles de brutalidad rivalizados únicamente por los Engendros tenebrosos, y esta destrucción que provocan empieza por ellos mismos.

Seas un templario poco ortodoxo que potencia su furia mediante el lirio, un esclavo de Tevinter que fue tatuado con lirio para ser un arma viviente, o un enano que estuvo tanto tiempo expuesto al lirio que se volvió parte de él, tu senda está ahora pavimentada de lirio y de poderes nada naturales.

Los Segadores consumen la sangre de un dragón en un ritual y toman el poder de la criatura para aterrorizar a sus enemigos, consumir sus almas para curar sus heridas, y desatar un frenesí sangriento que los vuelve más peligrosos mientras más cerca estén de la muerte.

Los Templarios han sido el método más efectivo de regular el uso de la magia por siglos. Sus poderes derivan del consumo de lirio, la esencia de la magia, que les permite reforzar la realidad, separar el mundo físico del mundo de los sueños, el Velo, y negando las habilidades de los magos.

Corrompidos por el uso de lirio rojo, un tipo de lirio corrompido por los Engendros tenebrosos, los Templarios Rojos buscan derrocar a la Capilla y destruir sus enseñanzas bajo el mando de "El Antiguo", un Engendro Tenebroso ancestral responsable de la existencia de la Ruina y todos sus males.

Tu sangre busca el combate a corta distancia, y tu magia de sangre se adapta a tal estilo de lucha con armas, armaduras y habilidades hechas a partir de tu propia vitalidad y pensadas para desangrar a quien se interponga en tu camino.

Tu sangre está irreversiblemente marcada por la oscuridad. La Vocación del Maleficar te ha abierto las puertas a la manipulación y las viles magias de los demonios. Además, has llamado la atención de estas entidades, que buscarán llevarte a tu perdición tarde o temprano.

Los Maleficarum representan la oscuridad de la magia de sangre por su lado más demoniaco, y los Torturadores representan la oscuridad de la magia de sangre vista desde su parte más esencial: Las razas mortales son capaces de gran maldad y sin necesidad de tener demonios susurrándoles al oído.

La Vocación del Transfusionista otorga al Mago de sangre poder sobre la esencia de la vida de todo lo que le rodea, enfocando sus habilidades en sacrificar su propio bienestar por el bien del de los demás, pero a veces también puede ser todo lo contrario.

Tu sangre te conmina a derramar y consumir más. Una sed voraz recompensada con inauditas capacidades regenerativas y vitalidad aguarda a aquellos que se entregan a la Vocación del Vampirismo.