Razas

Los aarakocras vagan por el mundo surcando los cielos. Los primeros aarakocras servían a los duques del Viento de Aaqa y estaban imbuidos del poder sobre el viento de sus señores. Sus descendientes aún poseen vestigios de ese poder. Tienen el aspecto de aves humanoides de gran tamaño.

Los aasimars pueden surgir en cualquier población de mortales. Se parecen a sus padres, pero viven hasta 160 años y suelen tener rasgos que insinúan su herencia celestial que suelen ser sutiles y se vuelven más evidentes cuando el aasimar obtiene la capacidad de mostrar toda su naturaleza celestial.

Los cambiantes son similares a los humanos en cuanto a altura y constitución, pero generalmente son más ágiles y flexibles. Sus rostros poseen facciones de bestia, a menudo con ojos grandes y orejas puntiagudas.

De cintura para arriba, parecen elfos y poseen todas las variedades de piel de esta raza. De cintura para abajo, tienen cuerpo de caballo. Galopan a través del multiverso y sus orígenes pueden trazarse hasta muchos reinos distintos.

Los duergars son enanos cuyos ancestros fueron transformados tras siglos de vivir en los lugares más profundos de la Infraoscuridad. Sus alteraciones aumentaron tras ser los sujetos de horrorosos experimentos realizados por azotamentes y otras aberraciones invasoras.

Los eladrins son elfos de los Parajes Feéricos, un reino de peligrosa belleza y magia ilimitada. Están conectados a las emociones captadas en los Parajes Feéricos en forma de estaciones, afinidades que afectan al estado anímico y al aspecto del eladrin. La estación de un eladrin puede cambiar.

Los elfos marinos se enamoraron de la belleza salvaje del océano en los primeros días del multiverso. Mientras otros elfos viajaban de reino en reino, los elfos marinos navegaban por las corrientes y exploraban las aguas de muchos mundos.

Primos lejanos de los gigantes, los primeros firbolgs vagaban por los bosques primigenios del multiverso y la magia de estos lugares se entrelazó con sus almas. Tan profunda es la conexión entre los espacios naturales del mundo y los firbolgs que estos se pueden comunicar con la flora y la fauna.

Los genasíes, cuyo linaje se remonta hasta los genios de los Planos Elementales, pueden aprovechar el poder de uno de los elementos. Algunos son descendientes directos de un genio, mientras que otros nacen de padres no genasíes, pero que vivían cerca de algún lugar imbuido de magia de un genio.

Larguiruchos y con tonos de piel amarillentos, verdes y marrones, los githyankis complementan su capacidad física con su fuerza psiónica.

Los githzerais son esbeltos y poseen pieles moteadas con tonos de amarillo, verde o marrón. Eones de cultivar sus poderes mentales en el caos infinito de Limbo han otorgado a los githzerais la capacidad de moldear la energía psiónica para protegerse a sí mismos y sondear las mentes.

Los gnomos de las profundidades son nativos de la Infraoscuridad y están imbuidos de la magia de ese reino subterráneo. Pueden camuflarse de forma sobrenatural y su magia los vuelve difíciles de localizar.

Los goblins son un pueblo subterráneo que se encuentra en todos los rincones del multiverso, a menudo junto a sus parientes, los hobgoblins y los osgos. Mucho antes de que el dios Maglubiyet los conquistara, los primeros goblins servían en la corte de la Reina del Aire y la Oscuridad.

Los primeros goliats vivían en los picos montañosos más elevados, muy lejos de los últimos árboles. Parientes lejanos de los gigantes e imbuidos de la esencia del hogar montañoso de sus ancestros, los goliats miden entre 2 y 2,5 m de altura y su piel tiene tonos que recuerdan a distintas piedras.

Imbuidas de la magia de los Parajes Feéricos, la mayoría de las hadas parecen elfos Pequeños con alas de insecto, pero cada una de ellas tiene una característica física que la diferencia del resto.

Generalmente, los hobgoblins son más altos que sus primos goblins, pero no tan grandes como los osgos. Cuentan con orejas curvadas y puntiagudas y narices que se vuelven de color rojo o azul brillante cuando muestran sus emociones.

Los hombres lagarto poseen escamas coloridas con patrones muy variados y sus rasgos faciales individuales también son tan diversos como los de los lagartos.

Los kenkus, una gente con plumas que recuerda a los cuervos, están bendecidos con una aguda capacidad de observación y una memoria de precisión sobrenatural.

Las escamas de los kobolds tienden a ser del color del óxido, aunque las de algunos son más parecidas a las de un dragón cromático o metálico. El grito de un kobold puede expresar muy diversas emociones, como rabia, resolución, euforia, miedo, etc.

Los liebrenes son bípedos y poseen los característicos pies alargados de los conejos y un pelaje de diversos colores. Comparten los agudos sentidos y las potentes patas de las criaturas leporinas y están repletos de energía, como un muelle en tensión

Los minotauros son humanoides de torso ancho y fuerte y con cabeza similar a la de un toro. Pelo abundante crece en su cuello y baja por sus poderosas espaldas. Muchos cuentan con grandes matas de pelo en la barbilla y las mejillas. Sus piernas terminan en unas pesadas pezuñas hendidas y poseen cola

Los orcos atribuyen su creación al dios tuerto Gruumsh, un guerrero imparable y un poderoso líder. Las cualidades divinas de Gruumsh resuenan en el interior de los orcos y les conceden un reflejo de su inigualable dureza y su incomparable tenacidad.

Los osgos son los parientes descomunales de goblins y hobgoblins. Cuentan con extremidades largas y están recubiertos de un pelaje espeso, con orejas puntiagudas y dientes afilados.

En su auténtica forma, los replicantes parecen difuminados y con rasgos casi carentes de detalle. Es raro ver a un replicante con esa forma, ya que suelen cambiar de aspecto igual que otros cambian de ropajes. Muchos replicantes desarrollan identidades que poseen mayor profundidad.

Los sátiros poseen aspecto élfico, pero sus piernas son similares a las de las cabras y cuentan con pezuñas hendidas y cuernos de carnero o cabra.