Rasgos de clase

Como belicista arcano, obtienes competencia en Fuerza y Constitución, así como en armaduras ligeras e intermedias, escudos y armas sencillas y marciales.

Cuando subes tu primer nivel en esta clase, si no es tu clase inicial, solo consigues algunas de las competencias iniciales.

Como acción adicional, haces que la magia de guerra de Gruumsh hierva en tu sangre. Durante 1 minuto, entras en un estado de combate caótico en el que te dejas llevar por tu sed de sangre, obteniendo los siguientes beneficios:

Esta clase está limitada a orcos y semiorcos.

Adoptas un estilo de combate particular como tu especialidad. Escoge una de las siguientes opciones. No puedes coger la misma opción más de una vez, ni siquiera si más adelante se te da de nuevo la oprtunidad de elegir.

Gruumsh te otorga la capacidad de lanzar conjuros, y tu deber es usarlos en la guerra. Tu catalizador arcano puede ser desde una cadena fundida a la piel hasta los craneos de tus enemigos, así como tu propia arma.

Cuando alcanzas el nivel 4, y de nuevo en los niveles 8, 12, 16 y 19, puedes aumentar una puntuación de característica de tu eleción en 2 o dos puntuaciones de característica en 1. Como siempre, no puedes aumentar una puntuación de característica por encima de 20 con este rasgo.

Puedes atacar dos veces en lugar de una cuando realices la acción de ataque durante tu turno. Puedes sustituir uno de estos ataques por un truco de tu lista de Belicista Arcano.

A partir de nivel 8, cuando entras en el estado de Hervidero Arcano, emana de tí un aura de pesadilla de 30 pies de radio, toda criatura hostil que se encuentre en el rango del aura deben realizar una tirada de salvación de Carisma para no quedar asustada durante 1 minuto.

A partir de nivel 11 tienes ventaja en todas las pruebas de Sabiduría (Supervivencia y Percepción) para rastrear o encontrar a una criatura que esté por debajo de sus puntos de golpe máximos.

A partir de nivel 15, tu cuerpo se ha preparado para conquistar la mayor de las fortalezas en nombre de Gruumsh, tus ataques contra estructuras infligen el doble de daño.

A partir de nivel 20, dejas de ser un guerrero, pues para ser uno debes ser una persona. Eres el apocalipsis, una calamidad viviente, un desastre natural que avanza por el campo de batalla arrasando a todo aquel incauto que ose postrarse ante ti.