Dominio de la herejía

Después de la muerte de la mayoría de los dioses, muchos clérigos, aun manteniendo sus poderes divinos de los dominios abandonados de sus dioses, decidieron buscar respuestas a sus preguntas. En su camino por la sabiduría, estos clérigos encontraron a la causante de la muerte de sus deidades. Alyx, la nueva diosa de la no muerte, quien ofrecía refugio al dolor y las penas de aquellos que habían perdido el camino. Ahora, como la nueva diosa de estos clérigos perdidos, les ofrece el poder suficiente como para enfrentar sus mayores temores,

susurrando en sus débiles oidos palabras de falsa esperanza, manipulándolos y convirtiendolos a su religión. Otros, sencillamente y por pura devoción a la diosa, decidieron convertirse en sus seguidores acérrimos, obteniendo la bendición de la no muerte.