Rasgos de clase

Comienzas con el siguiente equipo, además de las competencias que se le atribuye a tu talento.

Comienzas con el siguiente equipo, además de las competencias que se le atribuye a tu talento.

Tus vínculos con los Kami de la tierra te han permitido volverte más sensible al mundo que te rodea al despojarte de todas las vestimentas innecesarias.

El Carisma es tu habilidad para lanzar conjuros Onmyoji, ya que tu magia proviene de la proyección de tu divinidad innata.

Puedes lanzar cualquier conjuro Onmyoji que hayas preparado como ritual si tiene la etiqueta ritual. Un conjuro lanzado como ritual tarda 10 minutos adicionales en lanzarse, pero no requiere que gastes un espacio de conjuro.

A partir del tercer nivel, aprendes a hablar y escribir dos idiomas adicionales y, además, puedes comprender y hablar cualquier idioma que conozca tu Shikigami.

A partir del nivel 3, aprendes a unir e invocar el alma de criaturas sometidas.

A partir del nivel 4, agrega tu modificador de Carisma al daño que infliges con cualquier Truco de tus conjuros de Onmyoji.

Cuando alcanzas el nivel 4, y nuevamente en los niveles 8, 12, 16 y 19, puedes aumentar una puntuación de característica de tu elección en 2, o puedes aumentar dos puntuaciones de característica de tu elección en 1.

Puedes crear un número limitado de pergaminos de hechizos personalizados. Cuando termines un descanso prolongado, puedes crear estos pergaminos para que contengan hechizos Onmyoji que hayas preparado.

En el nivel 11, dominas el arte del Kekkaijutsu y, como tal, puedes proyectar un campo de defensa a tu alrededor y a tus aliados cercanos. Siempre que los aliados a 15 pies de ti deban realizar una tirada de salvación, la criatura puede usar su reacción para obtener una bonificación

Obtienes ventaja en las pruebas de habilidades arcanas realizadas para crear objetos mágicos y aprendes y eres capaz de lanzar el hechizo Identificar a voluntad sin el uso de un espacio para hechizos.

Tu dominio en el arte de la Magia de Adivinación ha avanzado hasta el punto en que no dejas rastros que puedan rastrearse hasta tu persona.

Has alcanzado el pináculo de la artesanía de los pergaminos de hechizos y, como tal, has aprendido a disminuir enormemente el tiempo necesario para crear pergaminos de hechizo.