Colegio de la sátira

Los bardos del Colegio de la sátira son llamados bufones. Usan cuentos populares, atrevidas maniobras acrobáticas e hirientes chistes para entretener a la audiencia, desde las multitudes en una decadente taberna del puerto a los nobles de la corte real. Donde otros bardos buscan historias perdidas o relatos de épica valentía, los bufones desentrañan vergonzantes y divertidas historias de todo tipo. Ya sea contando el procaz relato de la aventura de una anciana duquesa con un fornido mozo de cuadras a una burlona sátira de sobre un paladín de Helm inocentemente empalagoso, un bufón nunca deja que el mal gusto, el decoro social o el pudor se entrometan en una buena carcajada. Mientras que los bufones son los maestros de los juegos de palabras, los chistes y de las chanzas verbales también son mucho más que solo un alivio cómico. Se espera de ellos que provoquen y ridiculicen, protegidos de la gente más poderosa que deben tomarse sus parodias con buen humor, en base a que la tradición protege al bardo bufón. Esta expectativa permite al bufón servir como un crítico o voz de la razón cuando otros están demasiado intimidados para decir la verdad. Para la duquesa con gusto por los fornidos y jóvenes trabajadores, tales cuentos pueden servir para alertar a los objetivos potenciales sobre los afectos de tal dama y forzarla a cambiar sus maneras sobre la falta de parejas voluntarias. Represaliar al bufón solo arruinaría todavía más su dañada reputación, y podría ser la mayor evidencia que de las sátiras del bufón habían dado en el clavo. Si ella, sin embargo es amable y generosa con sus conquistas, los chistes e historias dichas sobre ella la colocarían en el papel de una especie de heroína del pueblo, atrayendo incluso más potenciales parejas sobre ella. Los bufones son leales solo a una causa: la búsqueda y propagación de la verdad. Usan la comedia y su apariencia inocua para romper las barreras sociales y exponer la corrupción, la incompetencia y la estupidez entre los ricos y poderosos. Ya sea revelando la traición de un estafador o exponiendo que los planes de un barón para ir a la guerra están fundamentados por la avaricia y la sed de sangre, un bufón sirve como la conciencia del reino. Los bufones se aventuran para salvaguardar a la gente común y para socavar los planes de los ricos, poderosos y arrogantes. Su magia alienta al espíritu de los aliados, mientras siembran la duda en las mentes de los enemigos. Entre los bardos, los bufones no tienen igual como acróbatas, y su habilidad para hacer piruetas, esquivas, saltos y escaladas hace de ellos escurridizos oponentes en la batalla.