Chaman de proporciones

Existen rituales innatos que nacen con la fuerza de las tormentas, otros traen consigo criaturas de las sombras, y algunos manipulan la realidad misma… Pero tu ritual no llamó la atención de nadie al principio.

Ni destructivo, ni vistoso, ni “heroico”. Sin embargo, quienes te subestimaron cometieron un error fatal.

Tu ritual, silencioso y aparentemente inofensivo, te otorgó una capacidad única:

una visión que disecciona la existencia misma. Tus ojos perciben la estructura oculta de todo aquello que vive y se mueve. Proporciones, ángulos, tensiones, fracturas, líneas de fuerza.

Ves las articulaciones como engranajes, los músculos como cuerdas tensadas, los órganos como puntos vulnerables esperando el impacto correcto. Y no solo ves debilidades… Eres capaz de crearlas.

Con un simple gesto, con un cálculo perfecto, tu técnica marca un punto invisible que no existía un segundo antes.

Un “punto débil artificial” impuesto por tu energía espiritual negativa, que convierte cualquier cuerpo —carne, hueso, metal o espíritu— en una ecuación que siempre podés resolver con un solo golpe. Tu estilo chamánico no es elegante ni ruidoso. Es preciso. Es calculado. Y es absolutamente implacable.

Los altos mandos ya no te llaman “poco vistoso”. Ahora te llaman por lo que realmente sos: El Chaman de las Proporciones. Aquel que convierte cada combate en una sentencia matemática.