Miedo

El Miedo no es solo una emoción pasajera, sino una fuerza que domina cuerpos, congela voluntades y rompe espíritus. Quienes portan el Alma del Miedo no necesitan blandir espadas ni alzar su voz; su sola presencia es suficiente para estremecer incluso a los más valientes.

Este alma representa el instinto más primitivo de supervivencia, aquel que obliga a huir incluso antes de comprender el peligro. Donde camina un portador del Alma del Miedo, las sombras parecen alargarse, el aire se vuelve pesado y los corazones laten con un ritmo frenético. Sus enemigos rara vez mueren por sus manos directamente: caen en la desesperación, en la paranoia, o sucumben a decisiones erradas provocadas por el terror que se infiltra en sus mentes.

El portador de este alma encarna la encarnación de la parálisis y la desesperanza. Para sus aliados, puede ser un recordatorio de la fragilidad humana, una advertencia de que el miedo puede controlarse… o puede consumirlos a todos.