Encarnación del infinito

La energía espiritual negativa ya es, por sí misma, un misterio insondable incluso para los chamanes más antiguos. Su naturaleza errática, su origen contradictorio y el motivo por el cual algunos pueden moldearla mientras otros simplemente sucumben a ella… todo eso sigue siendo un enigma en el corazón de la chamanería. Pero aún dentro de estos misterios, existe un fenómeno todavía más desconcertante.

Los chamanes nacidos con el Ritual del Infinito son marcados por una fuerza que desafía toda lógica: lo Astral. Una entidad o concepto que no obedece leyes, que no pertenece enteramente a este plano, y cuya mera existencia parece distorsionar la realidad alrededor del portador. Tras su despertar, la energía espiritual del chamán se fusiona con fragmentos de esa fuerza astral, creando una mezcla imposible que no debería funcionar… pero lo hace.

Este híbrido espiritual abre camino a distorsiones en la realidad, grietas microscópicas en el espacio y anomalías que emulan fenómenos matemáticos incomprensibles: cálculos erróneos que igual dan un resultado, fórmulas sin sentido que se manifiestan físicamente, ecuaciones que no deberían tener solución… pero responden con cero o con infinito.

Los chamanes del Infinito aprenden a controlar estas paradojas, convirtiendo incoherencias matemáticas en técnicas devastadoras. Para ellos, el espacio es elástica, la distancia es relativa y los conceptos de límite, vacío o expansión son herramientas tan naturales como un arma en las manos de un guerrero.

No manipulan la realidad. Manipulan la idea de la realidad.

Y cada vez que el Infinito se expande, el mundo tiembla ante su presencia.