Carga de Tiranía

Cuando los dioses malévolos hallan el mundo pacificado e indefenso, envían a un mártir de la Tiranía para conquistar sus reinos, subyugar a los débiles, y esparcir la miseria con sus espadas. Una vez desatados, estos mártires no se detienen ante nada a la hora de establecer un imperio que dominar con puño de hierro. Demandan derramamiento de sangre de sus rivales, y juramentos de lealtad absoluta de sus aliados, tomando jubilosa satisfacción con cada toma de poder y complot malicioso. No es suficiente reinar: deben ser temidos, y cualquier resistencia debe acobardarse entre las sombras. Sólo entonces los dioses les permitirán morir, seguramente apuñalados en la espalda por alguien aún más cruel, o más despiadado.