Razas

Los Aasimar son mortales que llevan una chispa de los Planos Superiores dentro de sus almas. Ya sea que desciendan de un ser angelical o estén infundidos con poder celestial, pueden avivar esa chispa para traer luz, curación y furia celestial.

Los antepasados de los dracónidos eclosionaron de los huevos de dragones cromáticos y metálicos. Una historia sostiene que esos huevos fueron bendecidos por los dioses dragón Bahamut y Tiamat, quienes querían poblar el multiverso con seres creados a su imagen.

Los forjados son constructos creados para la guerra. Estan hechos de metal, madera y fluidos alquímicos, pero pueden sentir dolor y emociones. El diseño de su rostro es común a todos ellos pero varían en sus características físicas dependiendo del fin para el que fueron creados.

Elevándose por encima de la mayoría de la gente, los Goliats son descendientes gigantes. Cada Goliat lleva los favores de los primeros gigantes—favores que se manifiestan en varias bendiciones sobrenaturales.

Encontrados en todo el multiverso, los humanos son tan variados como numerosos, y se esfuerzan por lograr todo lo que pueden en los años que se les dan. Su ambición e ingenio son elogiados, respetados y temidos en muchos mundos.

Con pasos cautelosos y silenciosos, y con su nariz, oscura como el carbón, alzada al aire, un kitsune se desliza por un bosque crepuscular, indistinguible de un zorro común.

Los minotauros son humanoides con pecho de barril y cabezas parecidas a las de los toros.

Se dice que los orcos remontan su creación a Gruumsh, un poderoso dios que vagaba por los amplios espacios abiertos del Plano Material. Gruumsh dio a sus hijos con dones para ayudarles a vagar por grandes llanuras, vastas cavernas y mares agitados y para enfrentarse a los monstruos que los acechan.