Escudero

Cuando el mundo peligraba y la guerra devoraba reinos enteros, los escuderos se alzaron como el último muro frente al abismo. No buscaban gloria ni título, solo resistir donde otros caían, sosteniendo la línea con cada latido de su férrea voluntad. Mientras los héroes empuñaban la espada y los magos invocaban su poder, los escuderos ofrecían su carne, su acero y su inquebrantable espíritu para proteger a los suyos.

Con el tiempo, sus cuerpos se templaron como el hierro, y su resistencia desafió incluso las heridas que romperían a cualquier otro mortal. Allí donde la batalla arrecia, un escudero es el último en caer, y el primero en alzarse nuevamente.