Satur

Infernal Grande, Caótico bueno
Satur fue alguna vez un caballo libre, salvaje, orgulloso líder de una manada que galopaba por vastos campos dorados bajo el cielo abierto. Estaba a punto de convertirse en padre cuando llegaron los humanos, Pastores de caballos, montados y armados, irrumpieron en su territorio, Uno a uno, atraparon a los suyos con lazos y trampas, pero Satur no se rindió, su espíritu indomable lo hacía imposible de someter, Los pastores intentaron domarlo sin éxito, cada intento acababa en caos: hombres derribados, huesos rotos bajo sus cascos, heridas abiertas por su fuerza brutal, Era un gigante, un alfa, imposible de doblegar.
Finalmente, vencidos por su resistencia, los hombres decidieron acabar con él, tres flechas sellaron su destino: una en la cabeza, otra en el cuello y una más en el abdomen. Satur cayó, desangrándose lentamente, su mirada fija en el horizonte que ya no volvería a ver, murió sin comprender por qué le arrebataron su libertad.
En el más allá, el infierno lo recibió con fuego y odio, allí su alma rota fue moldeada en una criatura infernal, alimentada por rabia y pena, con el tiempo, fue invocado por un hechicero desde un pueblo extraño, teñido de tonos ocres y naranjas, donde crecían calabazas por doquier y los aldeanos hablaban en susurros temerosos, el corcel emergió del círculo arcano envuelto en llamas y sombras. La gente gritó, corrió, rogó… pero él solo veía caos, como aquel día en el campo. Hasta que la vio a ella.
Mildred Estaba de pie, sin moverse, frente a él. No huía. No temblaba. Su aura era distinta: una mezcla de melancolía y un rastro casi imperceptible de resentimiento. Pero no miedo. Mildred habló, no con gritos ni órdenes, sino con sinceridad:
— No intentaré domarte, Satur... Nunca, solo quiero ser tu amiga, quiero que me veas como alguien con quien contar cuando te sientas solo —
Las palabras retumbaron en su ser deformado, en ese instante, algo olvidado despertó dentro de él. Ya no era un monstruo de fuego, sino un alma perdida que solo quería correr libre otra vez, Mildred también había perdido su libertad, su vida, arrebatada sin razón ni justicia, ambos conocían el vacío.
Desde entonces, Satur solo escucha a Mildred, No por sumisión, sino porque la entiende, Porque, en un mundo que los traicionó, ella fue la primera en ofrecerle algo que nadie más le dio: comprensión.
Origen: Mildred Baumgartner
Categoría: Bestia
Clase de armadura: 11
Iniciativa: +1
Puntos de Golpe: 19 (3d10+3)
Valor de desafío: 1/2 (100 PX)
Velocidad: 60 pies
| Fue | Des | Con | Int | Sab | Car |
|---|---|---|---|---|---|
| 18 (+4) | 12 (+1) | 13 (+1) | 6 (-2) | 12 (+1) | 7 (-2) |
Sentidos: Percepción pasiva 11
Idiomas: Entiende Infernal
Rasgos
Cargar y pisotear. Si el caballo se mueve al menos 20 pies en línea recta hacia un objetivo y le impacta con un ataque de pezuñas en el mismo turno, el objetivo debe superar una tirada de salvación de Fuerza CD 14 para no quedar tumbado. Si el objetivo queda tumbado, el caballo puede pisotearlo como acción adicional.
Acciones
Pezuñas. Ataque de arma cuerpo a cuerpo: +6 al ataque, alcance 5 pies, un objetivo. Impacto: 11 (2d6+4) puntos de daño contundente.