Reserva

Con una mente recia y una vista aguda observas el campo de batalla como si tus aliados y tú fuérais piezas en un tablero de ajedrez. Prediciendo los peligros y los inconvenientes y ofreciendo tu opinión a tus camaradas, ganas batallas mediante la observación aplicada y la labor de equipo. Siempre que hay una amenaza o una abertura, eres el primero en señalarla y estás preparado para ayudar a tus aliados directamente si es necesario.

Como reserva de tu grupo, podría suceder que la posición se te subiera a la cabeza. En dichos casos, podrías pensar en ti mismo como la mente maestra que hay tras el tablero y sentir desapego por tus aliados, pensando en ellos como en meros peones.

Pero es más probable que tu papel te permita tener una conexión más profunda con tus aliados y tanto tu coordinación como tu heroísmo destacan más cuando subsumes tu ego individual para servir a las necesidades del grupo. En dicho caso, podrías pensar en ti mismo como una parte de un todo funcional; si tu grupo fuera un único cuerpo vivo, tu serías los ojos, pero eso no significa que seas el cerebro, el corazón u otros órganos vitales. Todos tienen un papel crucial que jugar.