Maldición de las llamas envolventes
Dote
Origen: Guía del jugador avanzada
Categoría: Dotes de clase no seleccionables
Visibilidad: Privado. Solo se puede desbloquear con un modificador
Ves llamas y humo allá donde mires. Estas llamas pueden ser imaginarias, o pueden ser un atisbo preternatural de los fuegos metafóricos que alimentan todo el multiverso, pero siempre los ves. El fuego arde notablemente (aunque no de forma peligrosa) en tu presencia, de vez en cuando echas un poco de humo y tu cuerpo está casi dolorosamente caliente al tacto.
Maldición menor El humo, el calor y las llamas crepitantes de tu maldición inundan tu visión y todos tus demás sentidos. Las criaturas que se encuentran a más de 30 pies (9 m) de distancia quedan ocultas para ti. No puedes beneficiarte de los efectos que te permitirían ignorar o mitigar esta ocultación, como es habitual para los efectos de una maldición oracular.
Maldición moderada El humo y las visiones intermitentes de llamas saturan aún más tus sentidos y los titileos inofensivos de unas llamas oscuras ocupan también tu espacio. Estás oculto para otras criaturas, aunque como las otras criaturas no están malditas, pueden beneficiarse de los efectos que les permitirían ignorar o mitigar el estado negativo oculto de forma habitual. Todas las demás criaturas y objetos están ocultos para ti, independientemente de la distancia a la que estén; sin embargo, cuando lanzas un conjuro de fuego, tienes éxito automáticamente en la prueba plana para este estado negativo oculto para los objetivos que estén a menos de 30 pies (9 m). lo que significa que todo lo que normalmente podrías ver a más de 30 pies (9 m) está oculto para ti.
Maldición mayor (11.º) Las llamas que te rodean ya no son simples visiones. Un aura de fuego te rodea en una emanación de 10 pies (3 m), infligiendo 4d6 puntos de daño por fuego (salvación de Reflejos básica) a todas las demás criaturas en el aura al final de cada uno de tus turnos. Pierdes 1d6 Puntos de Golpe al final de tu turno en cada asalto, sin salvación; si tienes una debilidad al fuego, aumenta el número de PG que pierdes por esa debilidad. Puedes suprimir tu aura hasta el comienzo de tu siguiente turno gastando una sola acción, que tiene el rasgo concentrarse, para extinguir las llamas, haciendo que ni tú ni nadie en el aura sufra daño. Mientras Reenfocas para reducir tu maldición, extingues las llamas constantemente, por lo que no pierdes PG. Las llamas se extinguen si quedas inconsciente, pero se reanudan cuando recuperas la consciencia, a menos que hayas descansado el tiempo suficiente como para restablecer tu maldición. Como es habitual en las maldiciones oraculares, no puedes mitigar ni reducir de ninguna manera los Puntos de Golpe perdidos, aunque puedes curar los PG perdidos como de costumbre a posteriori.