Dominio del destino

Los conjuros de dominio siempre se consideran preparados y no se contarán dentro del número de conjuros que puedes preparar cada día.

Cuando recibes daño puedes obligar al atacante a relanzar todos los dados de daño de la tirada (y usando el segundo resultado). Afecta a todos los que sufren el daño de la misma fuente. Puede hacerlo un número de veces igual a tu modificador por sabiduría (mínimo uno) por descanso prolongado.

Adquieres el truco Orientación divina. Además, cada vez que lo lances, el objetivo puede sumar tu bono de competencia al resultado del 1d4.

Puedes usar Canalizar divinidad cuando lanzas un conjuro de curación sobre una o más criaturas para maximizar sus efectos. Normalmente tirarías los dados para recuperar puntos de golpe con este conjuro, en lugar de hacer eso usas el número más alto que podrías sacar en cada dado.

Como acción adicional, usa Canalizar divinidad para seleccionar un aliado hasta a 30 pies tu posición y otorgarle ventaja en su próxima TS durante 1 minuto. Si falla ambos resultados en la tirada, recuperas el uso. Sólo puedes afectar a un aliado en cada momento.

Consigues la capacidad de imbuir tus golpes de arma con la mismísima fuerza de un destino inevitable. Una vez por turno, cuando impactes a una criatura con un ataque de arma, le infliges 1d8 puntos de daño de fuerza adicionales. Cuando alcances el nivel 14, el daño aumenta a 2d8

No puedes ser sorprendido nunca. Además, mientras estés consciente y puedas moverte con libertad, ningún atacante puede obtener ventaja en ataques contra ti.