Humano (Idhunita)

"¿Por donde debería empezar? ¿Por ellos? Sí... por ellos. De acuerdo, me parece buena idea, hablemos de los Humanos de Idhun, similares a nosotros, aunque con un origen muy diferente."
-Kalapop, Fecha desconocida
Se trata de una raza que, según los mitos más antiguos, fue creada por Irial, diosa de la luz. No es que los humanos parezcan muy luminosos; de hecho, algunos los consideran un tanto toscos y mugrientos. Se dice, en realidad, que la luz de los humanos brilla por dentro. Que, cuando Irial los creó, encerró en ellos el resplandor de las estrellas, y por esta razón los humanos miran siempre el cielo en las noches oscuras, preguntándose que hay más allá.
Esta es la principal característica de los humanos: su curiosidad. Siempre están haciéndose preguntas y explorándolo todo; y por esta razón, porque cuestionan el mundo, se sienten capacitados para cambiarlo. Por ello son los primeros en aportar soluciones técnicas ante cualquier problema. Fueron los primeros en tender puentes sobre los ríos, en arar los campos para afrontar los tiempos de escasez y en construir todo tipo de vehículos: carros, barcos o, incluso, máquinas voladoras, pues también fue una mente humana la que decidió que, si ya no quedaban dragones, habría que fabricarlos.
Otra prueba de su versatilidad es que pueden dedicarse a casi cualquier cosa: son guerreros, campesinos, marinos, exploradores, granjeros, herreros, comerciantes, pescadores, artesanos, ingenieros, poetas, cazadores... No hay nada que no puedan aprender ni trabajo que no sean capaces de desempeña, con mejor o peor fortuna. Y si bien nunca han demostrado una gran tolerancia hacia otras razas, no se les puede negar que han sido los que más cosas han aprendido y asimilado de sus tratos con todas ellas.
Los humanos ocupan un amplio valle del norte situado entre cordilleras, en la tierra conocida como Nandelt. Es la única raza que ha dividido su territorio en territorios más pequeños: los reinos humanos de Vanissar, Dingra, Shia, Raheld y Nanetten, aunque este último es en realidad una oligarquía.
Cabría pensar que, dado que viven en una zona fértil, espaciosa y de clima relativamente benigno, los humanos estarían poco dispuestos a abandonar su lugar de origen; pero su proverbial curiosidad los ha llevado a expandirese por todo el continente. Podemos encontrar humanos en casi todas partes. No es de extrañar que el primer embajador de otra raza que visitó las ciudades submarinas fuera un humano, ni tampoco que de vez en cuando algún loco aventurero se arriesgue a desafiar a los hielos eternos de Nanhai. Fueron también los hijos de Irial los primeros en hacerse a la mar y llegar a las islas, donde establecieron colonias cuyos habitantes estrecharon lazos con los varu. Y, por supuesto, una vez desaparecidos los dragones y los sheks, serán los humanos quienes ocupen un lugar en el cielo a bordo de sus máquinas voladoras.
Sin embargo, no todos los humanos son iguales: en Idhun existen tres razas de humanos claramente diferenciadas. Los más comunes, que procedesn de los reinos de Nandelt y que colonizaron también Nangal en tiempos remotos, presentan una gran variedad de tonos de piel y cabello, más claro o más oscuro. Pero, en cualquier caso, su piel y cabello son de un solo corlor. Eso los diferencia de los humanos de Shur-Ikail, por ejemplo, cuyo rago físico más distintivo, aparte de su gran corpulencia, es su piel adornada con listas de color pardo. Y también forman un grupo aparte los Limyati, la gente del margen, un pueblo nómada que habita en los límites del desierto. Esta clase de humanos tiene la piel oscura y el cabello de dos colores: siempre blanco con mechones rojos, azules, verdes o negros. Esta insólita coloración del cabello no se ha visto nunca entre los humanos de Nandelt; pero las semejanzas de los Limyati con sus primos del norte son muchas más que sus diferencias y, por lo tanto, siguen perteneciendo a la gran familia de los humanos y venerando a la diosa Irial (si bien Aldun, como dios del desierto, está también muy presente en sus oraciones). Existe, de hecho, un cuento popular que intenta explicar las peculiaridades físicas de los limyati y los shur-ikaili, y los hace descendientes de un mismo tronco común
Origen: Guía de Planos de Kalapop: Idhun
Rasgos raciales Humano (Idhunita)
Tu personaje Humano (Idhunita) tiene unos cuantos rasgos en común con el resto de miembros de su raza:
Velocidad. 30 pies
Edad. Alcanzan la madurez poco antes de los veinte años y viven menos de un siglo.
Alineamiento. Los humanos no tienen tendencia a ningún alineamiento en particular. Entre ellos puede encontrarse tanto lo mejor como lo peor.
Idiomas. Puedes hablar, leer y escribir común, Idhunita y un idioma adicional de tu elección. Los humanos normalmente aprenden los idiomas de aquellos con los que se relacionan, aunque sean dialectos poco conocidos. Les gusta adornar su habla con palabras tomadas de otras lenguas: maldiciones orcas, expresiones musicales elfas, términos militares enanos, y así.
Tamaño. La altura y complexión de los humanos varían enormemente de un individuo a otro, midiendo entre un poco menos de 5 pies y algo más de 6 pies de altura. Independientemente de cual sea tu altura concreta, tu tamaño es Mediano.

Subrazas
Algunas razas tienen subrazas. Los miembros de una subraza poseen los rasgos de la raza principal añadiendo los rasgos específicos de su subraza.
Las subrazas de la raza Humano (Idhunita) son las siguientes:


