Colegio de la Mixología

Un bardo del Colegio de la Mixología se considera a sí mismo tan artista como cualquier pintor o músico. Después de todo, ¿no se puede comparar el destello juguetón de una botella de vidrio girando en el aire en un arco perfecto con un grácil arabesco? ¿No evoca la exquisita mezcla de sabores cuidadosamente seleccionados lo mismo que la mezcla de colores en un lienzo? ¿Y no relaja el alma un dulce trago de licor como las cuerdas delicadamente pulsadas de un arpa?

Siendo aventureros experimentadores y visionarios excéntricos de corazón, los mixólogos a menudo chocan en cuestiones de paladar y presentación con los bardos del Colegio de la Cocina. Estos colegios hermanos mantienen una rivalidad acalorada, celebrando periódicamente grandes competiciones que resultan en platos tan sublimes que se ha sabido que hacen llorar a los conocedores más experimentados al probarlos por primera vez.