Integridad (En proceso...)

Entre las virtudes que alguna vez sostuvieron el corazón de la humanidad, la Integridad brillaba como una llama incorruptible. Mientras otras almas se enfocaban en la justicia, la valentía o la perseverancia, la Integridad era el lazo que mantenía a todas unidas. Representaba la pureza de actuar con rectitud incluso cuando nadie observa, la firmeza de rechazar la corrupción, y la valentía silenciosa de permanecer fiel a uno mismo, sin importar la tentación ni el precio.

Cuando el Odio y el Miedo emergieron como fuerzas oscuras, fueron estas emociones las que primero intentaron corromper a la Integridad. Pues destruir la honestidad del corazón humano significaba quebrar su voluntad desde dentro. Sin embargo, los portadores de esta alma se convirtieron en los guardianes más férreos contra la corrupción, luchando no solo contra los enemigos visibles, sino también contra la mentira, la traición y el engaño que pudieran germinar en sus aliados.

Hoy en día, quienes portan el Alma de la Integridad son vistos como faros de confianza, capaces de resistir incluso los venenos más sutiles del mundo. Su sola presencia inspira a otros a no caer en la deshonra ni el miedo, y en combate, su fuerza se manifiesta como una resistencia inquebrantable y un juicio certero contra todo lo falso y corrupto.