Justicia

representa la voluntad inquebrantable de luchar por lo correcto, aun en medio de la oscuridad. Quienes poseen este arquetipo sienten en su interior una chispa que los impulsa a proteger a los inocentes y castigar a los malhechores. Su fuerza proviene tanto de la rectitud de su espíritu como de su puntería certera: las armas de fuego, los proyectiles y las armas a distancia parecen responder a su convicción moral.

El Alma de Justicia no lucha por venganza, sino por equilibrio. Es un faro que castiga la tiranía, persigue a los injustos y nunca da un disparo en vano. Sus ataques no son simples proyectiles: son declaraciones de verdad.