Hereje

Hubo un tiempo en el que perteneciste a una fe, una iglesia o una orden sagrada, pero algo cambió. Tal vez cuestionaste sus dogmas, descubriste secretos que no debías conocer o cometiste un acto imperdonable a los ojos de la religión. Quizás seguiste la voluntad de una deidad proscrita o simplemente fuiste acusado falsamente de herejía. Sea cual sea la razón, fuiste exiliado, marcado como traidor o condenado a la clandestinidad. Ahora, vives al margen de la fe que alguna vez abrazaste, buscando redención, venganza o simplemente un propósito en este mundo que te ha dado la espalda. ¿Sigues creyendo en algo? ¿O has renunciado por completo a la divinidad? /// IDIOMAS /// Aprendes dos idiomas nuevos a tu elección.

  Origen: Crónicas del Loto: El Mundo de los Seis Pilares

  Competencia con habilidades. Religión y Sigilo

Crear personaje Hereje

Tu experiencia como hereje te ha enseñado a moverte entre creyentes y escépticos por igual. Puedes identificar las tensiones religiosas en una comunidad con facilidad y saber qué palabras pueden calmar o avivar la fe de las personas. Además, si hablas con alguien devoto, puedes intentar convencerlo de que tu versión de la verdad es la correcta, siempre que tengas tiempo suficiente para hacerlo.

Algo te hizo perder el favor de la iglesia o fe a la que pertenecías. Tira 1d8 o elige la opción que más se ajuste a tu historia

  1. Descubriste un secreto prohibido. Leíste un texto sagrado oculto o descubriste la corrupción dentro de la fe.
  2. Adoraste a la deidad equivocada. Rezaste a un dios prohibido o a un espíritu que no debías.
  3. Cometiste un sacrilegio. Profanaste un templo, destruiste una reliquia o mataste a un sacerdote.
  4. Tu fe se convirtió en fanatismo. Llevaste las creencias al extremo, lo que hizo que te expulsaran.
  5. Eras un impostor. Te infiltraste en la iglesia con otros fines y fuiste descubierto.
  6. Hablaste demasiado. Tu interpretación de la fe no encajaba con la doctrina establecida.
  7. Viste algo que nadie debía ver. Una visión, una revelación o un ser celestial (o infernal) te marcó para siempre.
  8. Simplemente te usaron como chivo expiatorio. No hiciste nada malo, pero necesitaban culpar a alguien.

Características sugeridas

  1. Sigo creyendo, pero ahora mi fe es personal y no necesito templos ni sacerdotes.
  2. A menudo dudo de todo, incluso de mí mismo.
  3. Intento convertir a otros a mi propia visión de la fe.
  4. Desprecio a los fanáticos y me burlo de sus creencias.
  5. Siento nostalgia por los días en los que creía sin cuestionar.
  6. Me obsesiona descubrir la verdad detrás de lo que la iglesia oculta.
  7. No confío en ninguna autoridad religiosa y sospecho de todas las doctrinas.
  8. Guardo una apariencia de incredulidad, pero en el fondo, aún busco una señal.
  1. Libertad. Nadie debería ser forzado a creer en algo. (Caótico)
  2. Conocimiento. La verdad debe ser revelada, sin importar las consecuencias. (Neutral)
  3. Poder. La fe es solo una herramienta para manipular a los débiles. (Malvado)
  4. Justicia. Aquellos que usan la fe para oprimir deben ser destruidos. (Bueno)
  5. Deber. A pesar de mi exilio, sigo creyendo en mi misión sagrada. (Legal)
  6. Desesperación. Nada importa; los dioses están muertos o no les importamos. (Neutral)
  1. Un antiguo amigo de la iglesia aún me protege en secreto.
  2. La persona que me traicionó sigue ahí afuera, y algún día me vengaré.
  3. Un niño o aprendiz ha comenzado a seguir mi nueva visión de la fe.
  4. Hay un texto sagrado que debo encontrar para probar que tenía razón.
  5. Un dios me ha hablado en sueños, y su mensaje me persigue.
  6. Hay una iglesia o secta que me busca… para matarme o para hacerme su líder.
  1. Soy cínico y desconfío de cualquiera que muestre demasiada fe.
  2. Mi resentimiento me hace discutir con los devotos incluso cuando no es necesario.
  3. No puedo evitar tratar de desacreditar las creencias de los demás.
  4. A veces me obsesiono con probar que tenía razón, sin importar el costo.
  5. Me cuesta confiar en las instituciones, aunque sean justas.
  6. Me aferro a mis creencias con la misma rigidez que aquellos que me exiliaron.