Juramento de los Guardianes del Tiempo

Desde el escudero más humilde, que se empeña en hacer sonar su campana horaria por encima del estrépito de la lluvia sobre techos de hojalata, hasta los templarios serafines que orquestan la defensa del presente contra anomalías temporales intrusas, los paladines bajo el Juramento de los Guardianes del Tiempo sostienen el ordenado avance del tiempo. Los Guardianes del Tiempo son los investigadores de lo inconsistente, los protectores que desenredan paradojas y la reja del portón que intercepta a viajeros sospechosos de líneas temporales alternas. Pronunciar el juramento es proclamar la puntualidad, el orden y el presente como el pináculo de la virtud.

Aunque el viaje en el tiempo es considerado una práctica peligrosa por cualquier Paladín Guardián del Tiempo—pisar la mariposa vampírica equivocada puede acarrear graves consecuencias—, en ocasiones es el único medio para cumplir una misión. En consecuencia, aventurarse “fuera del tiempo” nunca se hace a la ligera. Desde el escándalo de Silicagate, durante el liderazgo de Horological Millennium Nycks Zawn, todas las órdenes de Guardianes del Tiempo han comenzado a registrar cada salto temporal, documentando cada acción y consecuencia con una precisión tan meticulosa que termina dejando adormecidas las muñecas. La invención de los familiares de vidriobúho, con su capacidad para observar y registrar misiones enteras, ha sido recibida con un suspiro colectivo por los escuderos afectados por RSI, quienes ya no tienen que transcribir las dictadas de sus caballeros.

(Subclase original de Guía de Zaman hacia el Fin de los Tiempos)