Leyenda del Rey de los Héroes

El nombre verdadero de Archer es Gilgamesh, el gran rey mitad-dios, mitad-humano nacido de la unión entre el rey de Uruk, Lugalbanda, y la diosa Rimat-Ninsun. Él gobernó la ciudad-estado sumeria de Uruk, la capital de la antigua Mesopotamia en la era Antes de Cristo. Se trataba de un ser supremo y trascendente, tan divino como para ser dos tercios de dios y un tercio humano, y con nadie en el mundo que pudiera igualarlo. Era un déspota que poseía una gran divinidad que él mismo consideraba invencible. Este no es solo una leyenda, pues se dice que realmente existió durante la dinastía Sumeria hace cinco mil años. Él fue el Rey de los Héroes, quien poseía todas las cosas en el mundo, y cuyo cuento está registrado en la epopeya más antigua de la humanidad, el Poema de Gilgamesh. Este retrata a Gilgamesh como un héroe destinado a ser rey y lograr grandes hazañas, y el cual se ve obligado a cumplir con su destino enfrentando desafíos junto a su mejor amigo Enkidu.
Su título, «Rey de los Héroes», no tiene la intención de manifestar que es un rey que es un héroe, sino que, en su lugar; implicar que él es el rey de todos los héroes. Gilgamesh es el héroe más antiguo de la humanidad, el origen de todos los mitos y el modelo en que todos los héroes están basados, por lo que se puede decir que su historia es replicada dentro de todas las mitologías de todos los países del mundo. Los héroes de varios mitos derivan de su leyenda, por lo que su Gate of Babylon posee todos los noble phantasms. Aunque hay numerosos reyes con títulos como «Rey de los Caballeros» o «Rey de los Conquistadores», él es el único en todo el cielo y la tierra coronado con el título de el «Rey de Todos los Héroes».
Nacido con un cuerpo que era de la más alta calidad según los estándares mortales, y un conocimiento que alcanzaba la verdad; Gilgamesh nació, fue diseñado, para convertirse en rey y la piedra angular del cielo entre los humanos en ascenso y los dioses que se desvanecían. Fue enviado para asegurar a los humanos y unir la tierra mientras lentamente dejaban la Era de los Dioses. Se trataba de un ser que encarnaba los dos grupos de vida de las formas de vida, poseyendo la sangre de aquellos que habían gobernado y la de aquellos que gobernarían a partir de ese momento. Él sería el último partido neutral capaz de discernir sus respectivos defectos, adjudicándolos desde sus respectivas posiciones. Sin embargo, durante su infancia Gilgamesh amaba a los dioses en lugar de a la humanidad, por lo que los dioses crearon a Enkidu para castigar al arrogante rey.
Enkidu observó al joven Gilgamesh, pero no pudo entender la necesidad de castigar a un rey tan amable e ideal que era alabado y elogiado por sus encaprichados súbditos. No podía haber ningún defecto que requiriera corrección, siendo el único problema que este no se sometía a los dioses aunque los respetara. Enkidu se vio obligado a admitir que los dioses habían estado en lo cierto al ver al niño convertirse en un hombre joven. Practicando el absolutismo, la opresión, la coacción, los gravámenes y la máxima decadencia del propio interés, la gente del reino lamentó el cambio, e incluso los dioses quedaron perplejos en la medida de la transformación esperada.
La razón era que simplemente, Gilgamesh había nacido con la conclusión ya establecida; existiendo independientemente como un ser ni completamente divino ni completamente humano. Este adquirió las características de ambos, por lo que su campo de visión llegó incluso más allá de lo que los dioses pudieron comprender. Su abrumador poder engendró un aislamiento de la misma naturaleza, pero su fuerza de sí mismo le impidió abandonar su reinado o huir de la misión que se le había impuesto. Reverenciando a los dioses y amando a la humanidad, Gilgamesh decidió seguir su camino hasta el final al deponer a los dioses y odiar a la humanidad.
Gilgamesh se encontró con Enkidu por primera vez fuera del Templo de Uruk, quien inmediatamente declaró que iba a reprender al rey y rectificar su arrogancia. Estos entraron en una batalla que abarcó varios días, con Gilgamesh viéndose obligado a utilizar todas sus fuerzas para igualar a su oponente cambiante. Él estaba enojado o quizá sorprendido de haber encontrado por primera vez a alguien que lo igualara, insultando a Enkidu diciéndole que era un terrón de barro. Gilgamesh fue forzado a extraer los tesoros que había estado almacenando cuidadosamente, lo que marcaría el primer uso de Gate of Babylon como un arma, y; aunque al principio fue una humillación reacia y forzada, este finalmente comenzó a disfrutarlo, sacándolos a la luz sin arrepentimientos.
Gilgamesh finalmente vació la bóveda, y Enkidu solo se quedó con una décima parte de su arcilla. En lugar de continuar, Gilgamesh se dejó caer hacia atrás sobre su espalda mientras estallaba en carcajadas, con Enkidu imitándolo. Este remarcó que solo habría una oportunidad de atacar para cada uno de ellos, y que sin ningún medio de defensa, quedaría un par de cadáveres insensatos. Enkidu nunca pudo descifrar si eso significaba que era un empate, o si Gilgamesh quería hacerlo para que solo hubiese un cadáver. Enkidu le preguntó: «¿No te arrepientes de los tesoros que has gastado?», a lo que Gilgamesh respondió con voz brillante: «¿Por qué? Si es alguien sobre quien debería utilizarlos, entonces no es impensable hacerle el favor».
Gilgamesh y Enkidu se hicieron íntimos amigos después de eso, marcando la única historia de valor eternamente inmutable en todo el mundo. Estos trabajaron hombro con hombro, y entonces Gilgamesh notó que su bóveda había comenzado a desordenarse tras haber comenzado a utilizar sus armas como proyectiles, calificándolo como un mal hábito. Poniendo su vista en Humbaba, el guardián del bosque y la bestia de los dioses, Gilgamesh decidió buscarlo y vencerlo. Ambos lo lograron con sus fuerzas combinadas, pero Enkidu quedó confundido por la acción. Hacerlo no había sido una orden de los dioses, y tampoco podría haber sido porque su gente sufriera debido a él.
Gilgamesh dijo que era parte de purgar los males del mundo para proteger a Uruku, pero Enkidu no podía entender por qué le importaban aquellos a quienes tiranizaba. Gilgamesh explicó su forma de proteger a la humanidad, haciendo que Enkidu se diera cuenta de la fuente de su aislamiento. Este declaró que Gilgamesh había tomado el camino de la observación, haciendo que el último sonriera avergonzado como en su niñez y hablara de ello. En respuesta a su pasión, Enkidu se comprometió a ser una herramienta para Gilgamesh, pero Gilgamesh lo reprendió y le dijo que él era su amigo. Enkidu creía que esa había sido la única vez que su amigo había mostrado alivio.
Gilgamesh se convirtió en el más grande y rico rey sobre la Tierra, quien eventualmente adquirió todos los tesoros del mundo. Uruk se volvió próspero sin precedentes, y Gilgamesh fue considerado tan poderoso que incluso los dioses no podían ignorar su existencia. Una diosa, Ishtar, la diosa de la fertilidad; incluso llegó a enamorarse de él, proponiéndole matrimonio al rey perfecto. No obstante, este la rechazó inmediatamente porque sabía que era una bruja infiel, cruel y corruptora de todos los hombres. La diosa se puso furiosa, sintiendo que él la había insultado, y fue a ver a su padre, el dios Anu, para vengarse; suplicándole que desatara al Toro del Cielo.
La no oponible bestia de los dioses causó siete años de inanición y destrucción en la tierra. Trabajando juntos, Gilgamesh y Enkidu lo derrotaron tras atarlo con las Cadenas del Cielo, causando que las oscuras nubes que cubrían al mundo se desvanecieran, y salvando así a la tierra de la inundación. La reputación de Ishtar fue aplastada una vez más, y su ira no disminuyó. Ella pidió que los mataran por el pecado de haber matado a una bestia de los dioses con el cuerpo de un humano. Su pedido fue concedido, y Enkidu, quien había sido creado por los dioses, no pudo desafiar el decreto.
Enkidu lentamente comenzó a debilitarse y fue devuelto a la arcilla mientras Gilgamesh sostenía desesperadamente el terrón que se desmoronaba en sus brazos. Este estaba furioso por lo sucedido, creyendo que, en caso de ser requerido, era él quien merecía la retribución. Enkidu intentó calmarlo diciéndole que solo era uno de los muchos tesoros en su colección, y que eventualmente encontraría tesoros más grandes que él con el tiempo. Gilgamesh en cambio declaró: «Tú sí tienes valor. Únicamente tú tienes este valor. Por lo presente declaro: En todo este mundo, solo uno será mi amigo. Por lo tanto, por toda la eternidad su valor jamás cambiará». Enkidu regresó a su estado original después de esta declaración, sin dejar nada atrás a excepción del estruendoso grito de Gilgamesh.
Recomendación de Servant Skills
- Carisma
- Divinidad
- Golden Rule

Origen: A Fate Unlimited
Leyenda de Archer
Tabla de Leyenda del Rey de los Héroes
| Nivel | Rasgos de clase |
|---|---|
| 3 | Puertas de Babilonia |
| 4 | |
| 5 | |
| 6 | |
| 7 | Puertas de Babilonia, Tesoro del Rey |
| 8 | |
| 9 | |
| 10 | Dominio del Tesoro, Acceso Imperial |
| 11 | |
| 12 | |
| 13 | |
| 14 | |
| 15 | Puertas de Babilonia, Espada de la Ruptura |
| 16 | |
| 17 | |
| 18 | Puertas de Babilonia, Dominio Supremo del Tesoro |
| 19 | |
| 20 |