Onírico

Los sueños son más que simples imágenes fugaces; son portales hacia los deseos más ocultos, los miedos más profundos y las verdades que ni siquiera el soñador se atreve a admitir. El Vidente Onírico camina por estos paisajes oníricos como un viajero silencioso, capaz de descifrar símbolos y emociones con una precisión inquietante.

En reposo o en vigilia, puede sumergirse en la mente de otros, explorando sus recuerdos, alterando pesadillas o sembrando inspiración. Para él, la frontera entre el sueño y la realidad es difusa, y a veces, es difícil saber si sus palabras son advertencias, predicciones… o fragmentos de un sueño ajeno.

En combate, el Vidente Onírico no necesita alzar la voz ni blandir un arma; basta con tocar la conciencia del enemigo para llenarla de imágenes desorientadoras, haciéndolo dudar o perder el control. Con los aliados, puede transmitir calma, coraje o visiones de victoria, reforzando su espíritu incluso en los momentos más oscuros.

Ser un Vidente Onírico es cargar con un conocimiento que pocos pueden soportar: ver no solo lo que es, sino lo que podría ser… y lo que nunca debería ser.