Cernunnos

Ser escogido como Mesías de Cernunnos significa recibir el llamado profundo de la naturaleza, un susurro que solo los elegidos pueden escuchar. Es un llamado que resuena en los árboles, en el murmullo del viento, y en el latido de la tierra misma. Los Mesías de Cernunnos sienten cómo cada ser vivo está conectado en una vasta red que sostiene la misma existencia. Aceptar este destino significa convertirse en un puente entre el reino de los humanos y el de las criaturas salvajes, así como entre el mundo material y los dominios espirituales donde la esencia de Cernunnos reina.

El primer cambio que sienten los Mesías es una profunda afinidad con la naturaleza. Pueden escuchar los susurros de los bosques, entender el lenguaje de las bestias y percibir los ciclos naturales con una claridad sobrenatural. Las estaciones, los vientos y las estrellas se convierten en guías para sus decisiones. Cernunnos, como señor de los ciclos de vida y muerte, les concedemos una sabiduría que pocos mortales poseen: la comprensión de que el equilibrio es la clave de la existencia.

Como emisarios de este equilibrio, los Mesías de Cernunnos saben cuándo luchar para proteger la vida y cuándo permitir que la muerte siga su curso natural. Si una criatura está sufriendo o un bosque está muriendo, ellos interceden no para evitar lo inevitable, sino para asegurar que el ciclo continúe sin interrupciones. Son capaces de curar y nutrir, pero también de destruir cuando el ciclo lo exige. Su poder fluye con la armonía de la naturaleza, respondiendo tanto a la abundancia como a la decadencia con respeto y reverencia.