Susanoo No Mikoto

El Mesías de Susanoo irradia una destreza sobrenatural que lo convierte en una fuerza imparable en los dominios acuáticos. Su presencia en el océano es tan imponente como la de una tormenta furiosa, capaz de desatar caos y destrucción a su paso. Sus movimientos son ágiles y fluidos, como las olas que bailan bajo la luna plateada, pero su mente está siempre alerta y calculadora, buscando oportunidades para afirmar su dominio sobre las aguas.

Sin embargo, detrás de su fachada de poder y destreza, yace un egoísmo desmedido que lo impulsa a actuar en su propio beneficio, sin importar las consecuencias para los demás. El Mesías de Susanoo ve a los seres mortales como meras marionetas en su juego, juguetes que puede manipular a su antojo para satisfacer sus deseos y caprichos. No conoce la compasión ni la empatía, y su corazón está endurecido por siglos de soledad y aislamiento en las profundidades del océano.

A pesar de su poder y destreza, el Mesías de Susanoo carga con el peso de la soledad como una corona de espinas. Aunque rodeado por las aguas infinitas, se encuentra atrapado en un abismo de vacío emocional, anhelando una conexión que parece estar más allá de su alcance. Esta soledad alimenta su egoísmo y lo impulsa a buscar constantemente el dominio sobre todo lo que lo rodea, en un intento desesperado por llenar el vacío en su corazón.