Danse Macabre

Hay un fuego ardiendo dentro de ti, uno que te consumirá si lo permites. A medida que tu furia aumenta, ese fuego comienza a afectar tu forma de luchar, lastimando a tus oponentes y, a veces, a ti mismo.

Zig, zig, zig, la muerte en una cadencia, golpeando con su talón una tumba, la muerte a medianoche toca una melodía de baile, zig, zig, zig, en su violín. El viento de invierno sopla y la noche es oscura; se oyen gemidos en los tilos. A través de la penumbra, pasan esqueletos blancos, corriendo y saltando en sus mortajas. Zig, zig, zig, cada uno está retozando, se oye crujir los huesos de los bailarines... ¡Pero hist! de repente abandonan la ronda, avanzan, vuelan; el gallo ha cantado.