Comerciante
Allá donde hay dinero, hay gente dispuesta a gastarlo: ese es tu negocio. Tu forma de ganarte la vida no pasa por fabricar bienes para la venta, sino en comprar lo más barato que seas capaz y después venderlo por un precio mayor, generando así tus beneficios.
Origen: el gran compendio
Competencia con habilidades. Engañar y Persuasión
Como todo buen comerciante sabe, los mercados son el corazón de las ciudades. El estado del mercado es un reflejo de la situación de la ciudad, pues una guerra en ciernes, un gran número de bandidos en las inmediaciones o los rumores de una virulenta plaga provocan desajustes en los precios y la demanda. Tu experiencia como comprador y vendedor te permite ver con detalle estas alteraciones. Con solo pasear por un mercado, puedes ver el estado de la ciudad o pueblo y hacerte una idea de su situación social, política y económica.
Características sugeridas
- Siempre me ha atraído el arte en todas sus formas. Compro nuevas adquisiciones para mi colección cuando que tengo ocasión.
- Considero que la apariencia es la representación del estatus. Siempre porto joyas y adornos, aunque se me considere estridente o recargado.
- Durante mis viajes me aficioné a comidas exóticas y ahora siempre busco probar nuevos sabores.
- Si algo tiene que hacerse, que sea cuanto antes. No soporto a la gente que deja el trabajo y el deber para el último momento.
- Siempre tengo un rumor o un chisme interesante que contar, aunque a veces ni siquiera sea cierto.
- Tengo la mala costumbre de meterme en conversaciones ajenas. Sé que es de mala educación, pero yo tengo mucho que aportar a ellas.
- Conozco lo mucho que cuesta ganar el dinero, por eso no voy a pagar una moneda de más por algo, pero tampoco una moneda de menos.
- A pesar de que todo a mi alrededor sea peligroso o serio, no puedo tomarme la vida de manera negativa. Siempre tengo una sonrisa en la cara.
- Avaricia. Tener mi bolsa llena de monedas es lo único que me importa (maligno).
- Gloria. Mis negocios me otorgan el reconocimiento y el estatus que no he podido obtener por nacimiento (neutral).
- Pueblo. Mis compatriotas necesitan de los bienes que yo ofrezco. Gracias a lo que yo les vendo a buen precio salen adelante y llevan una vida mejor (bien).
- Poder. Mucha gente ansía mis exóticas mercancías y hacen lo que sea para conseguirlas. Saben que su suministro depende exclusivamente de mí (maligno).
- Libertad. Mis negocios son la excusa perfecta para alejarme de mi hogar y ver otras ciudades y lugares (caótico).
- Familia. Mis éxitos personales son los éxitos de mi familia. Todo lo hago para aumentar el respeto y honor de los míos (neutral).
- Tuve que pedir una enorme suma de dinero a un noble para comenzar mis negocios y aún mantengo esa deuda con él.
- Hace años me vendieron una baratija supuestamente muy valiosa y perdí mucho dinero. Aún busco al granuja que me estafó para devolvérsela.
- He emprendido un largo viaje en busca de una gran cantidad de provisiones en nombre de mi señor. Mi pueblo las necesita para sobrevivir a la hambruna.
- Me he prometido no volver a casa hasta que no encuentre una forma de sanar la extraña enfermedad de uno de mis seres queridos.
- No siempre me dediqué a los negocios y el comercio. Durante mi juventud me metí en negocios turbios e hice algunos enemigos.
- Un gremio de mercaderes hundió el negocio de mi familia con prácticas nada honradas. Espero el momento de poder vengarme de ellos.
- Adoro vivir como los reyes y nobles, rodeado de lujos, aunque no pueda mantener mucho tiempo ese nivel de vida.
- Odio profundamente a los que están en mejor posición social que yo por derecho de sangre. Solo verlos me hierve la sangre.
- Me apasionan las historias de tesoros y botines de guerra perdidos.
- Siempre ando detrás de algún tesoro olvidado que seguramente no exista.
- La gente con capacidades extrañas siempre ocultan intenciones malignas. Lo mejor es no confiar nunca en un hechicero.
- Unos negocios poco claros en mi tierra natal me dieron una fama de embustero que aún me persigue.
- Un hombre vale tanto como su palabra. Nunca rompo un contrato, por muchos problemas que me cause.