Aquelarre de la Abominación

Las brujas del Aquelarre de la Vida, erróneamente llamadas por los profanos "Aquelarre de la Abominación", son visionarias obsesionadas con el ideal de la evolución y la perfección. Para ellas, el concepto de la vida no se limita a lo que nace de la naturaleza; la verdadera vida es aquella que puede ser moldeada, mejorada, y llevada a su forma más pura a través de la manipulación arcana y la alquimia. Ellas no ven sus creaciones como monstruos, sino como pasos necesarios hacia un futuro mejor, un futuro en el que la humanidad y todas las criaturas puedan alcanzar su máximo potencial.

El Aquelarre de la Vida sigue una serie de rituales y costumbres que reflejan su devoción a la transformación y la experimentación. Las brujas creen que solo a través del cambio continuo y la manipulación de la carne y el espíritu pueden alcanzar sus ideales.

Cada bruja del aquelarre, antes de ser aceptada plenamente, debe crear su primera abominación a partir de los restos de varias criaturas. Este no es solo un acto de creación, sino una prueba de su habilidad para manejar las complejidades de la carne y el espíritu. Las abominaciones creadas durante este ritual suelen ser ofrecidas al aquelarre para servir como guardianes o herramientas en futuros experimentos.

Una vez al año, todas las brujas del aquelarre se reúnen en una celebración donde muestran sus últimos logros en la creación de vida. Durante la feria, se llevan a cabo concursos para ver quién ha creado la criatura más poderosa, la más hermosa, o la más útil. Esta feria es un evento sagrado, donde se comparten conocimientos y se forman alianzas entre brujas con habilidades complementarias.

Las brujas del Aquelarre de la Vida toman un juramento solemne de nunca destruir vida sin propósito. Aunque pueden ser vistas como crueles por los demás, su código les prohíbe actuar sin una razón clara que contribuya a sus objetivos de perfección. Cada experimento, cada manipulación, debe tener un fin que acerque a la humanidad a su forma ideal.

Las brujas del Aquelarre de la Vida creen firmemente que están en el camino correcto hacia la verdadera evolución. Aunque el resto del mundo pueda ver sus métodos y resultados como horribles y aberrantes, ellas están convencidas de que están forjando el futuro de la humanidad. Para ellas, las críticas y los temores de los demás son simplemente la resistencia natural al cambio y la evolución. No buscan reconocimiento ni gloria; solo desean alcanzar un mundo en el que todas las criaturas vivas puedan existir en su forma más perfecta, incluso si eso significa que el camino hacia ese ideal esté lleno de abominaciones que desafían las leyes de la naturaleza.

En su búsqueda, estas brujas continúan experimentando, creando y perfeccionando, convencidas de que, al final, la humanidad y sus creaciones les agradecerán por sus sacrificios y su visión.