Aquelarre de las Apuestas

Las brujas del Aquelarre de las Apuestas son conocidas por su osadía y la relación simbiótica que mantienen con las fuerzas del azar. Las brujas de este aquelarre creen que la suerte es un poder fundamental del universo, fluctuante e incontrolable, pero también maleable por quienes saben cómo jugar con ella. Estas brujas no temen al riesgo, ya que cada apuesta podría traerles fortuna o caos, y ambas posibilidades son vistas como oportunidades para aprender y crecer.

El aquelarre celebra la incertidumbre y la imprevisibilidad de la vida. En sus festividades, realizan grandes juegos de azar donde se intercambian riquezas, secretos, y a veces, incluso destinos. Los dados, las cartas y las monedas son objetos sagrados, y se les atribuyen poderes místicos. Durante estos juegos, se realizan invocaciones a las fuerzas del caos, buscando bendiciones o advertencias.

La festividad más importante es la "Noche de las Mil Caras", donde las brujas se disfrazan para confundir a la fortuna y desafiarla a una partida simbólica de apuestas. También practican el "Rito de los Dados", un ritual donde lanzan dados cargados de magia para determinar qué camino tomarán en sus decisiones más importantes, confiando en que el azar guiará sus acciones.

Las brujas del Aquelarre de las apuestas tienen la función de alterar el destino para favorecerse más a sí mismas y a los demás aquelarres, de cierta forma, están decidídas a mantener todos los aquelarres expandidos, por lo menos a la mayoría de ellos. Por eso es que tienen una relación muy abierta con la mayoría de Aquelarres, pero centralizadas en su cooperación con el Imperial.