Faina Bunuy

Cada personaje tiene una historia. Aquí se cuenta la de Faina Bunuy.

Detalles

  Alineamiento. Caótico neutral

  Apariencia. Un elfo de poca estatura cubierto en un manto negro con decoraciones de oro, como un collar con un emblema de conejo y "orejas" en la capucha del manto.

  Edad. 25 años

  Historia. Laina Fredrick nació en una pequeña aldea de elfos cazadores, conocida por el mito del “Bige Chongoi”, un conejo de gran tamaño que solo se ha mostrado frente a pocos. Laina fue enseñado por su padre a adoptar el arte de la caza, aprendiendo así a moverse con sigilo y camuflarse en la naturaleza con facilidad. A los 15 años, Laina ya cazaba con completa independencia, siendo ya nombrado un cazador extremadamente ágil en la aldea, aunque, en una fatídica noche, Laina desapareció. La aldea fue a su búsqueda, preocupada por la situación del joven, pero no hubo frutos y algunos le dieron por muerto. Realmente, Laina seguía vivo. En esa noche en la que fue a cazar se encontró con el legendario Bige Chongoi y, sin pensar, decidió dispararle inmediatamente, pero en el momento en el que la flecha iba a impactar contra la criatura, un hombre vestido de negro saltó desde las sombras y con total precisión, agarró la flecha en el aire. Laina, estupefacto, quedó paralizado y en un momento, el hombre se le acercó rápidamente y lo noqueo. Laina no lo sabía en ese momento, pero su vida iba a cambiar repentinamente. El hombre secuestro a Laina y lo arrastro hacia la lejanía. Laina, al despertar, observo que se encontraba en una gran sala, sentado en el medio de esta, a los lados se encontraban varios hombres sentados, todos usando las mismas prendas que el hombre que le secuestró. En la pared frente a Laina se encontraba un hombre con una gran máscara dorada con forma de conejo. Laina no tardó en comprender su situación, estaba siendo juzgado. Su destino se separo en dos caminos, una próxima ejecución o unirse a ellos y borrar todo lo que se sabía sobre Laina Fredrick y convertirse en una nueva persona. Desesperado, Laina acepto la segunda opción ofrecida, con ello, dando fin al juicio. Laina fue escoltado fuera del tribunal y en marcha hacia su próximo destino. Durante el camino, fue acompañado por un puente al aire libre, donde finalmente pudo echar un vistazo a lo que se encontraba detrás de las paredes. El mundo exterior se reveló frente a Laina, que pudo ver el mar por primera vez en su vida, acompañado de una enorme ciudad de mármol en la que se situaba. Tras maravillarse de las vistas, su escolta llegó a su fin, fue dejado frente a dos enormes puertas de madera que se abrieron frente a él. En el interior se encontraba una librería descomunal y en la distancia, un hombre de gran tamaño. El hombre le indicó que se acercase y tomase asiento, Laina, obedeció, aun sintiéndose un poco incomodo. El hombre empezó a mover papeles de un lado a otro, escribiendo en ellos con tanta velocidad que la pluma casi era invisible para el ojo de Laina. Tras unos segundos de espera, finalmente el hombre dirigió sus primeras palabras hacia Laina, de forma poco entusiasmada, “Tu nombre es ahora Faina Bunuy.”, dijo, “Quien sea que existiese antes está muerto”. Desde la distancia, las puertas se abrieron de nuevo y un hombre que le resultaba a Faina familiar apareció desde la luz. Se trataba del hombre que le secuestró y trajo hasta aquí. Se presento frente a Faina como Barguer Bunney y se declaró su guardián. Barguer no tardó en explicarle su situación a Faina, le presentó y le guío por la ciudad en la que se encontraba, que, según sus palabras, se trataba realmente de un templo construido en apreciación de la criatura mítica con muchos nombres, conocida en el pueblo de Faina como “Bige Chongoi”. Resulta que esta criatura reside en el lugar, pero en ocasiones sale para alimentarse, siempre que se encuentre protegido por al menos un guardia. Fue durante uno de estos paseos que Laina y Bige Chongoi se encontraron, y, como ya sabemos, Laina intentó dispararle y fue detenido por Barguer. En situaciones como estas, los guardias están instruidos para ejecutar directamente al perpetrador, pero esta vez, ocurrió algo, Bige Chongoi tuvo interés en Laina, que había sido ya noqueado, y, al acercarse, empezó a emitir un brillo amarillento. Tras esta ocurrencia, Barguer decidió llevarse a Laina hacia el templo. Al contar la historia detrás de lo sucedido y tras dar un tour alrededor de toda la ciudad, Barguer simplemente instruyo a Faina a que entrenase en el templo las Artes Místicas del Conejo, aconsejándole que vaya a visitarle para aprender a adaptarse a su nueva vida, y así fue como ocurrió. Durante los próximos 9 años, Faina entrenó en el templo y aprendió las costumbres a su alrededor, convirtiéndose así en un devotado hacia Bige Chongoi. Las Artes Místicas del Conejo le permitían moverse con muchísima facilidad sin apenas hacer ruido, aunque aún fuese un novato en comparación a sus superiores. Faina había olvidado ya casi toda su vida previa a su entrenamiento, Laina ya había dejado de existir para él, había encontrado su lugar, pero algo que no pudo olvidar nunca fue como llegó aquí. Aunque lo intentase olvidar a voluntad, cada vez que soñaba juraba poder ver una luz amarillenta. Barguer ya estaba envejeciendo, no tenía la suficiente movilidad para continuar siendo un Guardia del Conejo, pero fue otorgado el rol de Maestro Conejo por su esfuerzo. Aún así, Barguer y Faina mantenían una estrecha amistad. Pero todo cambió cuando Faina cumplió 10 años bajo el templo… Era medianoche cuando Faina cumplió 25 años desde que nació y, para el entonces, él ya estaba durmiendo, pero desde lo más profundo, la luz amarillenta con la que siempre soñaba se intensificó más que nunca, forzando el despierte de Faina, que aún dudo si estaba viendo la realidad aún. Su habitación entera estaba cubierta de la misma luz amarilla que había visto, se colaba por las grietas en la pared y no dejaba ninguna sombra. La luz empezó a disminuir en potencia, alejándose de su habitación, como si alguien la estuviese moviendo. Faina abandonó su cama y salió en búsqueda de la luz, utilizando la técnica de sigilo que había sido enseñado. Siguió la luz hasta una pared, donde parecía haber sido absorbida, pero Faina aún no resumió su búsqueda. Faina toco la pared, y de un momento a otro, había atravesado la pared al instante. A lo lejos se encontraba la luz amarilla, estática, en mitad de un vació aparentemente infinito. La luz ya no se escapaba, estaba esperando a Faina pacientemente. Faina se acercó a ella, y con un toque de su mano, la luz desapareció momentáneamente. De repente, la habitación fue inundada en un brillo cegador amarillo, Faina sentía que quedaría ciego, pero no podía cerrar los parpados y, desde el destello, vio algo acercándose. Una criatura sumida en la sombra aún bajo la luz, con dedos alargados y deformes, con una cabeza que parecía incapaz de soportar el peso de sus propios rasgos, un cuerpo deforme que parecía cambiar de aspecto con cada articulación que movía. Faina solo podía observar mientras la criatura acercaba su deforme mano hacia su pecho. Los músculos de Faina no funcionaban, sentía todos y cada uno de ellos quemándose desde dentro. Finalmente, la criatura entró en contacto con el torso de Faina, la criatura empezó a llenarse su propia sombra con la luz, hasta que la luz y su cuerpo se hicieron uno. Los músculos de Faina parecían finalmente haber sido liberados y pudo cerrar los ojos al fin, pero al abrirlos de nuevo se encontró con algo terrible. Se encontraba en el exterior del templo, el cual estaba sumido completamente bajo el brillo amarillo, el sonido de mil gritos proveniente de los interiores parecía ya solo ser un zumbido. Desde lo más alto, se podía ver algo, el Bige Chongoi se encontraba arriba de todo, mientras la luz amarilla subía hacia el con gran velocidad, cada rayo de luz como garras empuñando al espacio a su alrededor. Bige Chongoi fue embalsado por la luz cegadora durante un breve instante, pero desde su cuerpo, otra luz amarillenta nació con tonos cálidos y expulsó a la luz agresiva, forzando un conflicto entre ambas luces que llego a un punto muerto. Faina intentó atravesar las puertas del templo, pero la luz le retiraba las fuerzas cada vez que intentaba atravesarla. Desesperado se rindió y se retiró hacia las profundidades del bosque en el que se hallaba. Se marcó en su destino que regresaría y lucharía contra la luz malévola, pero debía ser más fuerte, tan fuerte como para romper la luz. Tras esa noche, Faina no volvió a ver la luz en sus sueños.

  Idiomas. Común, élfico y silvano

  Puntos de experiencia. 2700

Trasfondo: Acólito

Has dedicado tu vida al servicio de un templo de un dios específico o un panteón de dioses. Actúas como intermediario entre el reino de lo sagrado y el mundo mortal, realizando ritos sagrados y ofreciendo sacrificios para conducir a los adoradores a la presencia de lo divino. No eres un clérigo necesariamente; realizar ritos sagrados no es lo mismo que canalizar el poder de una divinidad.

Rasgo: Refugio de los fieles

Como acólito, inspiras respeto en los que comparten tu fe y puedes realizar las ceremonias religiosas de tu deidad. Tus compañeros de aventuras y tú podéis esperar recibir curación y cuidados gratis en un templo, santuario o cualquier establecimiento de tu fe, aunque debéis aportar los componentes materiales necesarios. Quienes compartan tu religión te financiarán un estilo de vida moderado (pero solo a ti).

Características

  Rasgos de personalidad. Cito (a veces mal) textos y proverbios sagrados en casi todas las situaciones.

  Ideales. Tradición. Las antiguas tradiciones de la veneración y el sacrificio deben preservarse y defenderse (leal). Aspiración. Mi intención es demostrarme a mí mismo que merezco el favor de mi dios actuando según sus enseñanzas (ninguno). Fe. Creo en que mi deidad guiará mis acciones. Tengo fe en el trabajo duro, todo irá bien (legal).

  Vínculos. Le debo mi vida al sacerdote que me acogió cuando murieron mis padres. Haré cualquier cosa por proteger el templo al que he servido.

  Defectos. Confío demasiado en los que tienen poder dentro de la jerarquía de mi templo. A veces mi piedad me lleva a confiar a ciegas en los que profesan la fe de mi dios.

Competencias

  Competencia con habilidades del trasfondo. Perspicacia y Religión