Heraldo Arcano - La Fuerza

¿Qué es la fuerza? ¿Es meramente un poder físico? ¿El poder de la proeza esculpido por disciplina y entrenamiento? ¿Existe por sí misma o solo en base a la comparación de varias fuerzas? Una calificación entre los seres, tal vez, para definir quién es fuerte y quién es débil. De esta manera, el concepto de la fuerza puede ser distorsionado como simple "poder". Pero este debe ser usado para alinearse con lo que es correcto. Sea como sea, la fuerza no debe ser entendida solo como eso, pues el poder es, y siempre será, una relación entre las fuerzas. Mientras que la fuerza puede ser mucho más. Toma el ejemplo de un guerrero que levanta un hacha. Ese hombre seguramente es fuerte, eso seguro. ¿Pero realmente muestra fuerza? ¿O no es simplemente un verdugo? Mientras que el poder se define por aquellos que lo tienen y aquellos que no, la fuerza está más estrechamente alineada con una elección, un dilema interno. Mostrar verdadera fuerza es controlarla, sublimarla. El guerrero solo puede ser fuerte mientras muestre moderación. Debe poner esa fuerza, ese poder físico, al servicio de un objetivo superior, más allá de la capacidad de dominar a los demás. En este sentido, llegamos al verdadero significado de la fuerza: fuerza interior. Resolución, control, dominio. El corazón tranquilo de una esposa afligida que debe superar la tragedia y la pérdida. La mente enfocada de una persona que debe dictar una sentencia difícil. La fuerza de un hombre que debe matar a un león para proteger a su familia. El Camino de la Fuerza es un camino de proezas, sí, pero también de control. Se trata del fuego que arde dentro de cada alma mortal. El poder es correcto solo mientras sirva. Y solo servirá si tienes el valor para robar esta carta. La fuerza es la octava carta en la Baraja de muchos Destinos conocida como el "Tarot" y representa maestría, poder, fuerza, victoria y coraje. Acción decisiva, más allá del velo de la oscuridad. La conquista de la emoción, seguida del temple. Es la carta más estrechamente alineada con el espíritu indomable de los mortales. Ser un monje que sigue este camino significa acatar una regla y un destino más allá de todos: la fuerza sin control es tiranía. Ellos entrenan sus cuerpos para convertirse en guardianes, y convocan su fuerza interior en poderosas manifestaciones de voluntad. Sus puños arden en llamas justas mientras persiguen a los que abusan de su poder, y su voluntad templada está lista para enfrentarse a cualquier desafío. La fuerza es un concepto curioso, por muy lejano que se desvíe de la descripción física, siempre estará atado a ella. Los Monjes del Camino de la Fuerza entienden este hecho y son la única tradición que favorece la fuerza sobre la agilidad. A menudo son menos móviles que sus contrapartes diestras, pero solo porque eligen resistir en lugar de evitar. Muchos encuentran refugio detrás de ellos, después de todo.