Leyenda del Azote de Dios

Mejor conocida en la historia como Attila el Huno, Altera fue el señor supremo que estableció un gran imperio en el siglo V. Guerrera y rey de los hunos, una tribu descendiente de los Xiongnu (Hunni), Altera lideró su ejército a caballo, logrando conquistas que cubrieron gran parte del mapa. Su vasto territorio se extendió desde Asia Occidental hasta Rusia, Europa del Este e incluso la Galia. Se puede decir que fue ella quien incitó al eventual colapso del Imperio Romano.

A lo largo de su vida, Altera siempre estuvo en medio del combate. Los actos aterradores que cometió en la guerra la convirtieron en una figura temida en todas las naciones europeas, donde fue conocida como el Azote de Dios y el Castigo Divino. Estos epítetos reflejan el temor que inspiraba y la destrucción que dejaba a su paso. Altera fue un verdadero Rey del Combate, alguien cuya habilidad en la batalla era incomparable y cuyo liderazgo era incuestionable.

Sin embargo, la realidad de Altera es aún más enigmática. No está relacionada en absoluto con los hunos. Fue descubierta dentro de las ruinas oscuras de una civilización de hace miles de años por los antiguos hunos, con tatuajes de combate en su cuerpo y el Photon Ray en la mano. Este misterioso origen sugiere que Altera era una figura de un pasado mucho más antiguo y desconocido. Después de matar a un hombre armado, los ancianos comenzaron a considerarla una "destrucción" en sí misma, y Altera se marchó a destruir civilizaciones como dictaban sus instintos.

Esta mezcla de historia, leyenda y misterio convierte a Altera en una figura fascinante. Su vida es un testimonio de la fuerza y la ferocidad, una combinación de la realidad histórica y la ficción mitológica. Altera, conocida como Attila el Huno, sigue siendo un símbolo de poder, destrucción y el imparable avance de la historia.

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