Encender el Espíritu
Origen: Multiverso Conocido
Clase: Camino del Fuego del Alma
Nivel necesario: 3
Adquisición: Automático
Cuando eliges esta tradición en el Nivel 3, tu entrenamiento marcial te permite encender tu alma cuando golpeas, a través de tu dominio del ki, para canalizarla en tus puños o en tus armas. Cuando golpeas con un arma de monje o un impacto desarmado, puedes gastar 1 punto de ki para activar uno de los siguientes efectos:
Alma Ardiente: El ataque inflige daño de fuego y tiras un dado adicional de artes marciales para determinar el daño de este ataque. Los ataques cargados con esta alma se ven con un brillo rojo.
Alma Vil: El ataque inflige daño necrótico y obtienes puntos de golpe temporales iguales a tu Modificador de Sabiduría más la mitad de tu nivel de monje (redondeado hacia arriba). Los ataques cargados con esta alma se ven como una bruma negra que cubre los puños o el arma.
Alma Protectora: El ataque inflige daño radiante y el objetivo debe realizar una TS de Fuerza. En una salvación fallida, el objetivo se mueve una cantidad de cuadros lejos de ti en línea recta equivalentes a 1 por cada 5 niveles de monje (1 en los niveles 3 a 5, 2 en los niveles 6 a 9, 3 en los niveles 10 a 14, y 4 en los niveles 15 a 20). Los ataques cargados con esta alma se ven como un brillo áureo y cegador.
Alma Ponzoñosa: El ataque inflige daño de veneno y tiras un dado adicional de artes marciales para determinar el daño de este ataque. El objetivo debe realizar una TS de Constitución. En una salvación fallida, el objetivo queda infectado por 1 minuto perdiendo 1d4 de puntos de golpe al principio de cada uno de tus turnos. El objetivo puede repetir la salvación al final de cada uno de sus turno, terminando el efecto de inmediato en caso de éxito. Los ataques cargados con esta alma se ven como un aura de color verde cubriendo los brazos del monje.
No puedes activar dos efectos diferentes en el mismo turno, pero puedes activar el mismo efecto varias veces en el mismo turno por cada ataque desarmado o con arma de monje que hagas.