La senda de la naturaleza calmada

La senda de la naturaleza calmada

Los nuevos credos que trajeron consigo los druidas de Tharmetharan a la población orca que se había asentado en el Bosque de Ámbar fueron difíciles de aceptar por muchos de ellos. El equilibrio con la naturaleza y la comunión con el bosque diferían notablemente de los valores que les entregaron los Peregrinos: vaciar las profundidades y arrancar los recursos.

Durante las primeras generaciones, aquellos orcos incapaces de vivir como recolectores o pastores eran enviados en las noches de luna llena a las afueras de los campamentos, donde combatían unos con otros para dar rienda suelta a sus instintos y volver más tranquilos a su vida diaria. Con el paso de los años, esta tradición se fue volviendo más común y hoy en día hay monasterios por todo el Bosque de Ámbar donde se enseña este estilo de vida y de combate.

Los monjes que siguen esta tradición han aprendido a controlar sus sentimientos, guiándose por la sabiduría calmada y no dejando que el mundo terrenal los altere. Normalmente viven recluidos en sus monasterios, cultivando los campos que lo rodean y dedicándose a la artesanía para obtener sustento.

Sin embargo, cuando la situación lo requiere, pueden desplegar toda su ira y su furia, desatar sus envidias y anhelos o liberar los agravios sufridos. Cuando lo hacen, son monjes terrenales e irreflexivos que se lanzan a la acción sin valorar las consecuencias. Esto queda reflejado en su estilo de lucha, que puede pasar en un instante de golpes medidos y calmados a un torrente de ataques viscerales y salvajes.

  Origen: El Bosque de Ámbar

  Tradición monástica de Monje

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