Herencias

O bien uno de tus progenitores era un elfo, o bien uno o ambos eran semielfos. Tienes las orejas puntiagudas y otros signos reveladores de la herencia elfa.

O bien uno de tus progenitores era un orco, o bien uno o ambos eran semiorcos. Tienes un tono verde en la piel y otros indicadores de la herencia de los orcos.

Ya sea por una bendición de Hei Feng o por haber salido del huevo durante una borrasca, eres resistente a las tormentas. Obtienes tanta resistencia a la electricidad como a la mitad de tu nivel y tienes éxito para apuntar a criaturas ocultas por la lluvia o la niebla.

Tus garras son tan afiladas y fuertes como tu pico. Obtienes un ataque de garras sin arma que inflige 1d4 de daño cortante. Tus garras pertenecen al grupo pelea y tienen los rasgos ágil, sutil, sin arma y versátil perforante.

Tu linaje ha estado expuesto a una maldición tras otra, y ahora, las maldiciones resbalan por tus plumas como la lluvia. Si tienes éxito en una TS contra un efecto de desventura o maldición, obtienes un éxito crítico en su lugar. Si sufres el estado condenado, puedes intentar reducir su valor en 1.

Procedes de un linaje de tengus ascetas, lo que te permite tener un vínculo con los espíritus del mundo y el Gran Más Allá. Puedes lanzar el truco perturbar muertos vivientes como un conjuro primigenio innato a voluntad.

Puede que tus huesos sean especialmente ligeros, que seas un tengu raro con alas o que tu conexión con los espíritus del viento y del cielo sea más fuerte que la de la mayoría, lo que ralentiza tu descenso en el aire. No sufres ningún daño al caer, independientemente de la distancia que caigas.

Desciendes de los infernales o llevas la marca de los reinos infernales, que se manifiesta en algún rasgo inusual que desmiente tu herencia, como cuernos o cola.